¿Qué es la biodanza?

La Biodanza es un camino hacia la salud y plenitud, utilizando la danza, la música y la vivencia en grupo para estimular nuestro desarrollo integral. Descubramos juntos cómo esta disciplina, basada en la integración afectiva y el renacimiento orgánico, nos conecta con nuestra verdadera identidad. Desde sus orígenes con Toro en Chile hasta su expansión global, exploramos cómo la Biodanza influye en áreas clave de nuestras vidas. Además, veremos cómo la integración de fosfenos en las sesiones potencia aún más esta experiencia única, llevándonos a estados de bienestar profundo y conexión integral. ¡Acompáñanos en este viaje de autoconocimiento y transformación a través de la Biodanza y los fosfenos!

Las sesiones terapéuticas de Biodanza cuentan con una progresiva secuencia de ejercicios y/o danzas integradoras en base a las necesidades del grupo y organizadas según las diferentes líneas de vivencia y potencial humano (vitalidad, creatividad, afectividad, sexualidad y trascendencia) para permitir conectar con nuestra verdadera identidad, favorecer la expresión de nuestras emociones, mejorar la comunicación con nosotros mismos y con el otro y respetar el medio ecológico donde vivimos.

Su nombre deriva del prefijo «bios» que tiene su origen en el término griego «bios» que significa vida y la palabra «danza» de origen francés, que significa movimiento integrado, expresivo y vivencial pleno de sentido que activa afectos, comunicación y encuentro, generando vínculos. Por ello, la coherencia entre la Biodanza y la vida cotidiana es parte de su definición misma. Estas danzas tienen un significado simbólico sobre nuestra vida y tienen la capacidad de modificar nuestra danza existencial.

Orígenes de la Biodanza

Los primeros esbozos de la Biodanza se originan con las experiencias del psicólogo, antropólogo, poeta chileno, Rolando Toro, creador y fundador de este sistema, que tras años de observación e investigación con las danzas, juegos y ejercicios ancestrales de tribus y pueblos, seleccionó aquellos que más se acercaban al hombre occidental, para ayudarle a recuperar la esencia perdida en su adaptación social y sanar la relación consigo mismo y con los demás, recuperando los vínculos originarios con su naturaleza para vivir en plenitud.

El modelo teórico de Biodanza fue inspirado por sus descubrimientos realizados en 1965 basados en experiencias clínicas con pacientes psiquiátricos en el Instituto de Antropología Médica de la Universidad de Chile, al integrar la actividad corporal y emocional a través del movimiento humano (De la Sen, 2008).

A partir de 1971, continúa con sus investigaciones, sobre los efectos de la música y la danza en el ser humano con el fin de ensayar técnicas de psicoterapia. El objetivo era estimular las emociones mediante la expresión corporal y el encuentro humano, pudiendo observar de esta forma los cambios fisiológicos y de conducta que se producían en los participantes así como su adaptación al entorno. Su nombre originario fue Psicodanza.

Con los años, su trabajo y sus nuevas aportaciones a la ciencia cristalizan en la expansión del movimiento Biodanza especialmente por Argentina y Brasil y por toda Europa, abriendo Escuelas de Formación de esta disciplina. Actualmente Biodanza se ha extendido también a EE.UU, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda y otros países de África y Asia. El cuerpo vivencial y teórico de esta disciplina está sustentado en bases científicas como la biología, la fisiología, la física, la psicología y la filosofía, entre otras ciencias.

Los fosfenos en la práctica de la biodanza
Potenciar la Biodanza con fosfenos

Biodanza no es una danza libre, es un sistema que trabaja tanto aspectos teóricos como prácticos en movimientos organizados, integrados, estructurados metodológicamente y probados, que ayudan al logro de los objetivos propuestos en cada una de las sesiones.

A través de los siete poderes: la música, la danza, la vivencia, la caricia, la regresión integrativa, la ampliación de la percepción y el grupo, Biodanza devuelve al individuo el potencial innato para sanarse, recuperando la conexión con la vida (principio biocéntrico) (Toro, 2011). Trabaja al ser humano en su totalidad, en su relación con la especie, la naturaleza y el universo (Castañeda y Chalarca, 2004).

Biodanza tiene su inspiración en los orígenes más primitivos de la danza. Es importante reseñar que la danza, en un sentido original, es movimiento vivencial. Muchas personas asocian la danza al espectáculo de «ballet». Esta es una visión formal de la danza. La danza es un movimiento profundo que surge de lo más entrañable del «ser humano», es movimiento de vida, es ritmo biológico, ritmo del corazón, ritmo de la respiración, impulso de vinculación a la especie, es movimiento de intimidad…

☞ Existen danzas organizadas desde el neocórtex perfectamente controladas por la voluntad y guiadas por el pensamiento que activan la conciencia intensificada de sí mismo y tienen un efecto euforizante. Activan el sistema simpático (las danzas y ejercicios de la mayoría de la línea de la vitalidad y creatividad).

☞ Existen otras danzas organizadas desde el paleocórtex guiadas por la emoción y los instintos, que invitan a la intimidad y regresión, y tienen un efecto armonizante. Activan el sistema parasimpático (son las danzas y ejercicios de las líneas de la afectividad y trascendencia).

Este sistema busca la integración de lo emocional por medio del movimiento ya que éste facilita la aparición de vínculos sinceros con uno mismo y con los demás que favorecen la empatía, la solidaridad y la comunicación. Biodanza pretende activar y/o despertar el potencial innato del ser humano que está casi totalmente reprimido en nuestra civilización por los patrones culturales y por un excesivo uso del córtex cerebral (donde residen las funciones lógicas y verbales) en detrimento del cerebro límbico (el emocional) y del cerebro reptiliano (el instintivo) (Álvarez Vega, 2008).

Con Biodanza se intenta abrir progresivamente otra dimensión más holística e integral del cuerpo y del movimiento humano (basados en cuatro tipos de integración: cognitivo-motor, sensitivo-motor, emotivo-motor y universo-motor).

Posee un alto nivel psicoterapéutico a nivel individual y social, destacando los siguientes «beneficios» fisiológicos, emocionales, psicológicos y existenciales (Álvarez Vega, 2010; De la Sen, 2007; Toro Araneda, en prensa).

✓ Previene la aparición de enfermedades psicosomáticas.

✓ Equilibrio neurovegetativo que reduce el estrés.

✓ Integración global de todas las funciones del organismo debido a la desaceleración y a la actividad motora no intencional.

Terapia natural holística de Biodanza con fosfenos
La luz de los fosfenos en la Biodanza

✓ Optimización de los mecanismos de autorregulación homeostática.

✓ Inhibe la secreción de las hormonas adrenérgicas favoreciendo la relajación de las tensiones corporales.

✓ Aumenta la salud en general al nutrir hormonalmente al sistema óseo y estimular el sistema endocrino.

✓ Protege la salud física, emocional y mental: armonía y la revitalización.

✓ Expresión de las emociones afectivas.

✓ Mejora la motivación intrínseca personal, incentivando la proactividad y bienestar psicofísico.

✓ Desarrollo de las capacidades psicológicas asociadas a las categorías del movimiento.

✓ Produce la integración perfecta: sentir, pensar y reeduca los instintos y las emociones.

✓ Ayuda a tomar contacto con las emociones y con el placer cenestésico.

✓ Desarrolla la inteligencia emocional.

✓ Nueva actitud frente a la vida en su conjunto.

✓ Mejora el equilibrio personal.

✓ Mayor sensibilidad por la vida, plenitud existencial.

✓ Mejora la comunicación, las relaciones interpersonales, la cooperación.

✓ Desarrolla un mayor discernimiento y consciencia de la realidad.

✓ Desarrolla la intuición, estados de ampliación de consciencia y de percepción ampliada.

✓ Sentimiento de bienestar, libertad y plenitud.

✓ Desarrolla la integración global cerebral para un óptimo nivel de salud.

✓ Saca de dentro lo mejor de nosotros, los potenciales humanos genéticos y las emociones que cada ser humano posee, desde el bebé al adulto, y que en la mayoría de los casos quedan reprimidas por la cultura, la instrucción recibida y/o los patrones de conductas adquiridos.

✓ La práctica periódica de esta disciplina ayuda a superar muchas enfermedades como el estrés, la depresión y la ansiedad. Fomentan el disfrute de los actos simples de la vida cotidiana, potenciando la parte sana del ser humano.

En palabras de Toro y Terrén (2008: 138) Los efectos integradores de Biodanza pueden comprenderse mediante el estudio del «sistema integrador-adaptativo-límbico-hipotalámico» (SIALH) que determina el comportamiento emocional, algunas funciones cognitivas, la regresión, la conducta sexual y la adaptación al mundo externo. El SIALH está íntimamente asociado con los aspectos instintivos, emocionales y afectivos, contribuyendo a la consolidación de patrones de comportamiento.

¿Cuáles son los beneficios de la biodanza?

Se despliegan diversos beneficios de la biodanza que han resonado en aquellos que se sumergen en esta experiencia única. En el corazón de esta práctica, se encuentra la promesa de un bienestar emocional más arraigado, donde la danza, la música y la vivencia grupal se fusionan para liberar emociones y cultivar un equilibrio emocional renovado.

La vitalidad se convierte en una sinfonía en constante ascenso, una pulsación rítmica que infunde energía y vitalidad al cuerpo y la mente. Esta práctica ha sido vinculada a una mejora palpable en la vitalidad y el bienestar físico, ofreciendo un renacimiento de la energía vital.

La Biodanza también es un catalizador para la creatividad desbordante. A través de danzas expresivas y actividades que despiertan la innovación, los participantes se aventuran en un reino donde la creatividad personal se libera y florece.

En el círculo de la Biodanza, las relaciones sociales se fortalecen. La práctica en grupo facilita conexiones significativas, mejorando la comunicación y la empatía entre los participantes. Un tapiz de interacciones sociales enriquecedoras se teje a medida que los lazos se estrechan.

El estrés, ese intruso común en la vida moderna, encuentra su antagonista en la Biodanza. Se ha observado que esta práctica contribuye a la reducción del estrés, ofreciendo momentos de calma y promoviendo una sensación de relajación profunda.

La autoestima y la valoración personal también encuentran terreno fértil en la Biodanza. La aceptación de uno mismo se nutre, y la confianza florece en el contexto de estas sesiones que fomentan la apreciación personal.

En este viaje de placer, la Biodanza despierta la sensualidad y el goce de vivir. A través de actividades que exploran la sexualidad de manera positiva y saludable, se celebra la experiencia humana en su forma más plena.

La Biodanza no solo es danza; es un despertar de la conciencia corporal. La atención consciente al movimiento y la vivencia corporal mejora la conexión entre la mente y el cuerpo, ofreciendo una mayor comprensión de uno mismo.

Estos beneficios son solo una sinfonía de lo que la Biodanza puede ofrecer. Como en cualquier práctica, cada individuo descubre su propia melodía única al sumergirse en este cautivador mundo de expresión, conexión y autoexploración.

Los ejercicios en biodanza

Los ejercicios en biodanza se erigen como la esencia misma de la experiencia transformadora que ofrece esta disciplina. Estos ejercicios, meticulosamente seleccionados y estructurados, conforman una suerte de viaje interior que abarca diversas dimensiones del ser humano. Desde la vitalidad que se despierta con ritmos pulsantes y movimientos que inducen la autorregulación, hasta la explosión creativa facilitada por danzas expresivas que renuevan la manera en que vivimos y percibimos la existencia.

Cada ejercicio es como una nota en la partitura de nuestra vida, contribuyendo a la sinfonía completa de la experiencia biodanzera. La afectividad se explora y fortalece a través de rituales de contacto y caricias que nutren el corazón emocional, mientras que la sensualidad y el goce de vivir se despiertan en las danzas de encuentro, fomentando una conexión más profunda con la propia sexualidad y el disfrute de la vida.

Con la trascendencia, nos aventuramos en las dimensiones más espirituales y elevadas de la existencia. Ejercicios diseñados para expandir la conciencia y conectar con la totalidad cósmica nos invitan a explorar nuestra relación con el universo. Cada paso, cada giro, cada gesto, se convierte en una oportunidad para profundizar nuestra comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

En resumen, los ejercicios de Biodanza no son simplemente movimientos físicos, sino una puerta hacia la autoexploración, la integración de nuestras potencialidades y la apertura a una vivencia más plena y rica. Cada ejercicio es un portal hacia el autoconocimiento, la conexión interpersonal y la apertura a la plenitud de la experiencia humana.

Cada ser humano nace con una información ancestral en su potencial genético… Los grandes caminos por los que esa memoria milenaria se expresa a lo largo de su «vida» son cinco: «vitalidad, creatividad, afectividad, sexualidad, trascendencia» (Toro, 2010).

El método por excelencia en Biodanza es la vivencia, el objetivo es la integración-expresión de los potenciales de nuestra verdadera identidad en sus tres dimensiones: microcosmos-individual, colectiva-grupal y en relación con el entorno-macrocosmos.

Para ello desarrolla y trabaja cinco líneas de vivencia:

☞ Vitalidad: autorregulación, actividad, reposo, movimiento, alegría y energía vital.

☞ Creatividad: expresión, juego, exploración y renovación existencial.

☞ Afectividad: protección, nutrición y Amor.

☞ Sexualidad: placer de vivir, disfrute, deseo, erotismo.

☞ Trascendencia: vinculación y armonía, conciencia ecológica. Percepción global del universo y vivencia de un todo cósmico.

Biodanza y Fosfenismo

Mi primer contacto con Fosfenismo fue en el año 2009 y desde hace un tiempo lo llevo implementando en mis sesiones de Biodanza con resultados altamente satisfactorios.

Las clases se desarrollan en un espacio amplio y confortable con un número amplio de participantes y con una duración de dos horas. Al principio nos sentamos en una ronda mandálica y hacemos una introducción acerca de Biodanza: su origen, forma de trabajo y líneas de vivencia para las personas que vienen nuevas a las sesiones, para luego dejar un tiempo para que cada uno exprese la vivencia de la clase anterior.

Luego nos disponemos a danzar. A partir de ese momento la palabra desaparece para dejar paso al movimiento del cuerpo, aquietamos la mente y sentimos lo que nos sucede en la vivencia de cada ejercicio.

Normalmente todas las sesiones las comienzo con un visionado de fosfenos antes de comenzar con la progresiva secuencia de ejercicios y/o movimientos integradores en base a las necesidades del grupo y organizados en las líneas de vivencia: (vitalidad, creatividad, afectividad, sexualidad y trascendencia). También dentro de la clase de Biodanza, en algunos de los ejercicios previos, siempre trabajo con fosfenos, con una consigna y/o explicitación breve del ejercicio y movimiento a realizar, para permitir fundamentalmente facilitar y/o conectar con la expresión del potencial, vital, afectivo, creativo y trascendente del «ser»… mejorando la comunicación, el contacto y la capacidad de vinculación, con nosotros mismos y con el grupo.

Mi experiencia de las sesiones de Biodanza con la aportación de fosfenos aporta claramente mayor calidad en los numerosos beneficios que esta disciplina constata.

En relación a la línea de vitalidad-biodanza

Línea fundamentalmente asociada a los vínculos profundos de conexión con la vida, con la vivencia plena de ser y existir, con la acción, reposo e ímpetu vital.

Muchas danzas y/o ejercicios que se plantean son para potenciar el propio cuerpo en todas sus dimensiones: fisiológico, biológico, inmunológico y neuroendocrino, produciendo procesos de integración orgánica, restableciendo el equilibrio psico-físico con algunas categorías de movimiento humano (ritmo, sinergia, coordinación, sincronización).

Con el aporte del fosfeno, observo una calidad en los beneficios de la línea, concretamente, mayor dinamismo-actividad, más alegría interior, entusiasmo y un mayor aporte de energía-acción e ímpetu vital de la persona y de todo el grupo que lo practica. Lo interesante es seguir investigando y/o constatando los efectos que tiene en la psicomotricidad del individuo que lo practica junto con los fosfenos.

En relación a la línea de creatividad-biodanza

Durante las clases se estimula esta línea a través de danzas expresivas, creativas, dando lugar a espacios más lúdicos, creativos y/o distendidos para desarrollar la innovación, renovación y fundamentalmente la expresión de las emociones, pilar fundamental en esta línea.

Con el aporte del fosfeno, observo una mayor calidad en las vivencias y/o beneficios de esta línea, desarrollándose mayor expresividad, curiosidad, incremento de la capacidad de exploración e innovación. En definitiva parece existir una mayor renovación existencial (capacidad de renovación de la propia vida, de crearse a sí mismo) y creatividad artística.

Los participantes de las sesiones de Biodanza con fosfenos aluden un mayor espacio abierto a la libertad, al juego, un lugar de encuentro, relación y comunicación individual y/o grupal, desarrollándose una actitud abierta y receptiva, de cooperación, respeto y tolerancia, básicas para la mejora personal y desarrollo humano.

En relación a la línea de afectividad-biodanza

Las vivencias de esta línea junto con los ejercicios y ciertos movimientos planteados (algunos con ciertos tipos de balanceos como la ronda mecimiento grupal) desarrollan, integran y refuerzan la capacidad afectiva y el amor innato del ser humano a través del acto de dar y recibir.

Gracias al aporte y naturaleza del fosfeno en cada uno de los ejercicios se va desarrollando una mayor estimulación de la producción de endorfinas en el cuerpo disminuyendo la tensión y creando una mayor sensación de bienestar general. El fosfeno junto con los ejercicios de esta línea ayuda con mayor intensidad en la región límbico-hipotalámica, centro de emociones, desarrollando, integrando y reforzando la capacidad afectiva a través del acto recíproco de dar y recibir.

Se observa una calidad en la profundidad de la caricia y el abrazo, desarrollando capacidades inter e intrapersonales muy interesantes y profundas en los participantes (comunicación, confianza, entrega, empatía, aceptación, socialización, motivación, sensibilidad…).

La línea de la sexualidad-biodanza

Los ejercicios y/o danzas de encuentro, contacto y caricias de esta línea tienen por objetivo despertar la fuente del deseo, la sensibilidad al placer y la expresión del erotismo, entendido como el placer de vivir. Éstos ejercen una acción específica sobre la función sexual, despertando el instinto sexual, el goce cenestésico, el deseo y la motivación por la vida en un sentido mucho más amplio (Toro, en prensa).

Con la aportación del fosfeno en varios ejercicios y/o danzas planteadas en esta línea se observa mayor calidad en el goce cenestésico de los movimientos con un mayor aumento del equilibrio psico-físico y emocional de los participantes.

La línea de trascendencia-biodanza

Con esta vivencia se alcanza la parte más espiritual-trascendental del «ser». Las vivencias de esta línea nos permiten alcanzar un estado de expansión de conciencia.

La aportación del fosfeno pulsante y la meditación que normalmente se genera en varios de los ejercicios de esta línea (danza de la entrega y abandono, conexión con el corazón, posición generatriz de atemporalidad con el fosfeno pulsante) potencian de forma exponencial los beneficios de esta línea: armonía universal, elevación, conexión, energía, totalidad, pulsación, ritmo, totalidad, perspectiva interior, ampliación de consciencia y percepción, instinto gregario de fusión y disolución, etc.

Las sesiones de Biodanza junto con las líneas de vivencia planteadas en cada una de las clases se combinan continuamente con visionado de fosfenos y en algunos ejercicios con fosfenos pulsantes con el alfalum, junto con algunos movimientos-balanceos proporcionando claramente mayores efectos y calidad en cada una de ellas.

La vivencia es el elemento esencial en Biodanza. Las líneas de vivencia se combinan potenciando los efectos propios de cada una de ellas.

La inducción periódica de los diferentes tipos de vivencias de los ejercicios y/o danzas estimulan el inconsciente vital y la expresión de los potenciales humanos a través de la deflagración de vivencias (Toro y Terrén, 2008).

Resumen de la interacción Biodanza-Fosfenos

La inducción periódica de los diferentes tipos de vivencias con fosfenos son más integradores porque permite vincular las diferentes dimensiones del «ser humano» partiendo de los potenciales genéticos agrupados en las líneas de vivencia descritas anteriormente. Actualmente  estoy reorganizando e implementando en las sesiones de Biodanza con fosfenos un nuevo tipo de trabajo a desarrollar donde el centro instintivo, emocional, mental y espiritual se enfatiza con el trabajo de Fosfenismo.

Mi principal pretensión en cada una de las clases de Biodanza con fosfenos es seguir explorando la naturaleza de las emociones y las formas de ponerlas en movimiento, familiarizarse con la geografía básica de las emociones, rescatando el potencial genético de cada un@, gracias a las líneas de vivencias mencionadas (vitalidad, creatividad, afectividad, sexualidad y trascendencia) y al trabajo con fosfenos. En definitiva, descubrir  un estado del «ser» atemporal… Un estado de sintonía y unidad. Unión de cuerpo, corazón, mente, alma y espíritu con ayuda del movimiento, música, emoción y fosfenos.

Puedes descargar el artículo en pdf La Biodanza y los Fosfenos

¿Es la biodanza una mentira?

La biodanza no es una mentira. Más bien, se erige como un sistema de crecimiento personal y terapéutico diseñado por el visionario Rolando Toro, el destacado psicólogo y poeta chileno. La Biodanza, nutrida por la danza, la música y la vivencia grupal, busca despertar el desarrollo integral humano. Aunque las opiniones sobre sus beneficios pueden variar, esta disciplina ha sido objeto de práctica y estudio en diversos ámbitos.

En su esencia, la Biodanza ha demostrado ofrecer a muchos una vía para fortalecer la conexión emocional, mejorar la vitalidad y cultivar el bienestar general. Como en cualquier disciplina, las experiencias y percepciones pueden diferir entre individuos. Por ende, se sugiere investigar y obtener información de fuentes fidedignas antes de sumergirse en esta práctica o en cualquier tratamiento. En última instancia, la elección de explorar la Biodanza o cualquier otra disciplina similar reside en la esfera personal, guiada por las preferencias y necesidades individuales.

 Por Sonia Álvarez Vega

Álvarez Vega, S (2010). Taller de experimentación e iniciación a la Biodanza: El arte de educar a través del movimiento, música y vivencia. Registro Propiedad Intelectual de Madrid M-007919/2010).

De la Sen, J (2008). Un nuevo sistema de Biodanza en www.biodanzaspain.org.

Castañeda, G y Chalarca, C (2004). La Biodanza como práctica corporal en relación con la promoción de la salud. Universidad de Antioquía (Medellín)

Toro, V y Terrén, R (2008). Biodanza. Poética del encuentro. Lumen. México.

Toro Araneda. R (en prensa). Creador del Sistema Biodanza y Presidente de la International Biocentric Foundation.


Sonia Álvarez Vega

Facilitadora-Profesora de Biodanza

Dónde practicar Biodanza, Madrid:

Biodanza (implementada con Fosfenos)
Facilita: Sonia A.V. (soalvega@hotmail.com)
http://www.centromedicoandromeda.com/antares.html

Biodanza Grupal (Sin fosfenos)
Facilitan: Grupo de Profesores.
http://www.biodanzagrupal.com

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