Chakra manipura: chakra del ombligo

Tercer chakra

En el viaje de autodescubrimiento a través de los chakras, el tercer chakra, también
conocido como Chakra Manipura, ocupa un lugar central. Este chakra del ombligo no solo
se relaciona con la personalidad y la fuerza interior, sino que despierta la voluntad y la
manifestación de los deseos. Sumérgete en el poder y la energía del Chakra Manipura
mientras exploramos sus conexiones con la vida, la vitalidad y la comunión con la madre
tierra.

Manipura chakra – Significado

El tercer chakra, ampliamente conocido como Chakra Manipura o chakra del ombligo, es
una joya en el sistema de los chakras. Ubicado con precisión unos tres centímetros por
encima del ombligo, este dinámico centro de energía se distingue por su resplandeciente
color amarillo, que simboliza la vitalidad del fuego y su relación íntima con el sentido de la
vista. Sin embargo, este tercer chakra, el Chakra Manipura, es mucho más que un punto de
energía con una conexión meramente visual.
Chakra Manipura, también referido como el chakra del estómago, ejerce una influencia
profunda y significativa en la personalidad y en la experiencia de vida de una persona. Es la
sede de la voluntad, representando la manifestación de la fuerza interior, convirtiéndolo en
un centro de poder y determinación. Su influencia no se restringe al ombligo, abarca el
abdomen en su totalidad, englobando el estómago y los órganos afines. Además, esta
influencia se extiende hasta la parte inferior de la espalda, involucrando al hígado y al
páncreas, órganos que interactúan directamente con este chakra vital.
Chakra Manipura se convierte en un canal a través del cual experimentamos la
manifestación de la energía del plexo solar, invocando el fuego creador y purificador. En
síntesis, es el lugar donde el deseo se materializa con la fuerza y la determinación
necesarias para alcanzar metas y objetivos.
Dentro del sistema de los siete chakras, el Chakra Manipura ocupa un lugar particularmente
destacado, ya que establece un vínculo sólido entre la potencialidad y la materialización. Así
como el feto se nutre de la madre a través del ombligo, este chakra establece una poderosa
conexión con la "madre tierra", es decir, su plano etérico que actúa como el nexo que une
nuestro cuerpo astral. De hecho, el Chakra Manipura ha sido considerado históricamente
como la puerta de entrada que los chamanes utilizan para iniciar sus viajes espirituales y
conectarse con la esencia misma de la Tierra.
Para aquellos que desean cultivar y fortalecer su tercer chakra, el Chakra Manipura
representa la esencia de un guerrero espiritual, de un buscador consciente. Un tercer
chakra sólido es sinónimo de concreción y de la transformación de deseos en realidades

tangibles. En última instancia, este chakra se convierte en el medio a través del cual se
pueden visualizar metas y objetivos y se pueden traer a la realidad de manera efectiva.
Aunque la personalidad de un individuo se distribuye y equilibra entre todos los chakras, es
en el tercer chakra donde se enraíza y manifiesta la vida social. A través de diez canales
representados por diez pétalos que lo componen, el Chakra Manipura se convierte en un
epicentro de relaciones y conexiones sociales, desempeñando un papel integral en la
interacción humana.
En conclusión, el tercer chakra, el Chakra Manipura, es un faro resplandeciente de energía,
voluntad y manifestación que ilumina el camino hacia la realización personal, la conexión
con el mundo que nos rodea y la materialización de nuestros anhelos más profundos.

Chakra del plexo solar – Experiencia

Tercer chakra, chakra manipura, chakra del ombligo
El chakra del plexo solar está situado a unos tres centímetros por encima del ombligo

El despertar del chakra del plexo solar, también conocido como el tercer chakra o Chakra
Manipura, es un proceso de profunda transformación y autoconciencia. Este proceso es

especialmente relevante cuando se enfrenta a un chakra del plexo solar bloqueado, ya que
el desbloqueo de este centro energético puede abrir un camino hacia la liberación de la
energía estancada y la superación de obstáculos emocionales. Cuando se trabaja para
desbloquear el chakra del plexo solar, se pueden experimentar sensaciones de mayor poder
personal y confianza. Este proceso puede desencadenar un cambio significativo en la
percepción de uno mismo y en la forma en que se relaciona con el mundo, permitiendo un
mayor empoderamiento y una conexión más profunda con la fuerza interior.

Experiencia del despertar del chakra del plexo solar

Ejercicio de Fosfenismo para el despertar del chakra manipura

El Fosfenismo es una práctica ancestral que se ha empleado para activar y potenciar el
chakra Manipura, ubicado en el área del ombligo. Aunque tradicionalmente se ha asociado
a la espiritualidad de los cristianos ortodoxos del Monte Athos, su influencia se ha extendido
a través del tiempo y la cultura, encontrando eco en diversas tradiciones espirituales.
En un contexto más amplio, podemos relacionar la conexión entre el ser humano y su
entorno a lo largo de la vida. Durante la gestación, el feto depende completamente de la
madre, quien actúa como una especie de biosfera personal, proporcionando el sustento y el
ambiente necesario para el desarrollo. Sin embargo, a medida que el individuo alcanza la
edad adulta, esta función de la madre es reemplazada simbólicamente por el reino vegetal,
que provee alimento y oxígeno.
Un vínculo más profundo con la naturaleza se establece al considerar que los océanos
contienen una amplia gama de sales que comparten similitudes con los componentes del
plasma sanguíneo, sugiriendo que los mamíferos podrían tener ancestros en los animales
marinos. En conjunto, este tejido interconectado de vida puede ser metafóricamente
denominado “nuestra madre tierra,” destacando la interdependencia de todas las formas de
vida en nuestro planeta.
Las enseñanzas derivadas del hinduismo, como la Teosofía, añaden otra capa de
comprensión a este panorama. Sostienen que, al igual que los seres humanos, los
vegetales también poseen un cuerpo sutil denominado cuerpo etérico, que trasciende su
presencia física. Sin embargo, esta característica no se extiende a los minerales. En otras
palabras, los vegetales comparten con los animales y los seres humanos la presencia de un
cuerpo etérico, pero los seres humanos tienen una estructura aún más compleja, con
cuerpos sutiles adicionales que no se encuentran en los animales, lo que refuerza la noción
de nuestra conexión única con el cosmos y la naturaleza.

Activación del plexo solar a través del fosfenismo y la tradicion del cordón de plata

Este ejercicio para la activación del plexo solar se basa en la observación de una lámpara
fosfénica durante treinta segundos, seguida de una visualización consciente y focalizada.
Esta práctica busca potenciar la energía de nuestro tercer chakra, el chakra Manipura,
ubicado en la región del ombligo.
Primero, al observar la lámpara fosfénica, generamos un fosfeno, una experiencia visual
que se graba en nuestra mente. Luego, mentalmente, imaginamos chispas de luz irradiando
desde todas nuestras extremidades y convergiendo hacia el ombligo. En ese punto,
creamos una corriente de luz que emerge desde este centro espiritual y asciende hacia el
cielo. Es como si estuviéramos tejiendo un cordón luminoso que, al igual que los vasos
sanguíneos del feto que se ramifican en la placenta, se expande y ensancha gradualmente.
Este ejercicio tiene raíces en la noción del “cordón de plata,” que se dice que conecta el
cuerpo etérico, el aspecto más denso de los cuerpos sutiles, con el cuerpo físico a través
del ombligo. Este cordón es considerado como una extensión en el plano etérico del cordón
umbilical que nos conecta a la madre durante el desarrollo fetal.
En situaciones de muerte aparente o durante experiencias de desdoblamiento, algunas
personas han afirmado percibir este cordón de plata, lo que sugiere su relevancia en la
conexión entre los cuerpos sutiles y el cuerpo físico.
La posición fetal, que es natural al dormir, también es clave en esta práctica. Los monjes del
Monte Athos, por ejemplo, adoptan una postura similar, aunque más acentuada, estando
sentados en el suelo con las piernas fuertemente dobladas para que las rodillas casi toquen
el pecho. En esta postura, concentran su atención en el chakra del ombligo, el tercer
chakra. Antes de esto, han mirado fijamente el sol mientras rezan, lo que les permite crear
un fosfeno antes de proyectarlo en el ombligo. Esta meditación, que combina la luz del sol,
la visualización, el ritmo de la oración y la concentración en el tercer chakra, representa una
práctica profunda y espiritual que busca fortalecer la conexión entre el individuo y su propio
ser interior, así como con el universo que le rodea.

Explorando la conexión entre Pachamama y el tercer Chakra

El vínculo con la Madre Tierra, conocida como Pachamama en las tradiciones indígenas de
América del Sur, implica una conexión profunda con el aspecto espiritual del reino vegetal.
Este mundo espiritual es en gran medida invisible para los ojos físicos, y se asemeja a la
primera densidad que encontramos después de la muerte, el plano etérico. Este plano
precede el viaje hacia planos superiores, como el astral o el mental.
De todos los chakras que habitan en nuestro ser, el chakra Manipura es uno de los que más
fácilmente podemos percibir con solo prestarle un poco de atención. Incluso sin necesidad
de tocarlo o mirarlo directamente, podemos sentir su presencia. Por lo tanto, la
concentración en el chakra Manipura cobra una importancia excepcional. Esta
concentración es el puente que nos conecta directamente con el aspecto espiritual de
nuestra Madre Tierra, en otras palabras, con el alma de nuestro planeta.
A través del centro espiritual en el ombligo, el chakra Manipura, entramos en comunicación
principalmente con el aspecto espiritual de la vegetación, que en la teosofía es llamado el
plano etérico. Al hacerlo, establecemos una conexión profunda con la esencia vital de la
naturaleza que nos rodea. Además, esta práctica también nos pone en contacto con el alma
misma de nuestro planeta, lo que refleja la profunda simbiosis entre la Tierra y todos los
seres que la habitan.
Esta conexión se asemeja a la relación entre el feto y la madre a través del ombligo, donde
se establece una comunicación vital que sustenta la vida. De manera análoga, la
concentración en el chakra Manipura nos permite nutrir nuestra alma y fortalecer nuestra
relación espiritual con la Tierra, reconociendo que somos parte de un tejido interconectado
de vida en el que cada ser, desde las plantas hasta los seres humanos, juega un papel
esencial en el equilibrio y la armonía del planeta.

Características ampliadas de cada uno de los siete chakras:

Primer chakra, chakra muladhara, chakra basal
Segundo chakra, chakra swadhisthana, chakra del sacro
Tercer chakra, chakra manipura, chakra del ombligo
Cuarto chakra, chakra anahata, chakra del corazón
Quinto chakra, chakra vishuddha, chakra de la garganta
Sexto chakra, chakra ajna, chakra de la sabiduría
Séptimo chakra, chakra sahasrara, chakra de la coronilla

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