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El chamanismo es un conjunto de técnicas que buscan conseguir el éxtasis. Es decir, el chamán es el vehículo para acceder al supramundo y al inframundo. En consecuencia, es un especialista, un mago, un sanador, un psicopompo, un místico. Cabe destacar que la palabra chamán actualmente es un concepto extendido. Pero, sin duda, el chamanismo, se originó en Siberia y en el centro de Europa. Sin embargo, los chamanes los amos del fuego, se diferencian del resto de vehiculadores de mundos, precisamente, en la luz. Aún más, son los verdaderos señores de la luz. El chamán, mediante las técnicas chamánicas de luz domina la espiritualidad. En contraste con poseídos psicopatológicos que pretenden controlar el viaje chamánico. La luz es la clave, pero requiere de una técnica para ser entendida y utilizada coherentemente: el fosfeno.
Un fosfeno es una luz interior que podemos ver en nuestro campo visual a la altura del entrecejo. El fosfeno se manifiesta tras mirar una fuente luminosa adecuada un tiempo específico.
La Humanidad ha realizado fosfenos desde su origen. Mirar el fuego, el sol, la luna, el cielo luminoso, etcétera lleva la luz al interior de nuestro cerebro. Así, se produce un activación neurológica, emocional y sutil extraordinaria. Mas aún, cuando el fosfeno está presente y realizamos un ejercicio mental, emotivo o espiritual, todo se amplifica.
Los chamanes y sus relaciones con el mundo espiritual, tienen su origen en el dominio del fuego. Es decir, en la realización de fosfenos. Son muchos los que juegan a saber y pocos los iniciados. Son muchos los que conocen el secreto desde el origen de los tiempos y pocos quienes lo han explicado.
Debió ser fantástico ver por primera vez el fuego provocado por un rayo incendiando un árbol. Sin embargo, el gran reto fue producirlo, conservarlo y transportarlo. La prueba más antigua data de 600.000 años a.C. en Chu-hu-tien. Probablemente, fuera un proceso muy anterior y está claro que habría de producirse en distintos lugares a la vez. Un común denominador, técnicas arcaicas de luz.
Parece que la palabra más antigua, an-bar, para designar el hierro consta de dos pictogramas: el hierro y el fuego. El chamán, el especialista supremo en el alma humana, es un maestro de la luz. El fuego requiere de un elegido que lo mime y lo entienda: un cuidador en su origen. Aún más, un vigilante que lo mire todo el día, y que más tarde será un señor del fuego. Es decir, un chamán, ese es el origen del chamanismo.
Un líder un sabio ¡alguien que hace fosfenos todo el día! Sin duda, es algo extraordinario que desde el origen de la humanidad el hombre haya mirado la luz.
En contraste, quizás, todavía más extraordinario, es que nadie haya explicado el porqué. La figura del chamán, pero también la del alquimista, el herrero y el alfarero, giran en torno al fuego. El arte de la luz. Magia pura, mago significa: sacerdote del mazdeísmo, que tiene al fuego como el único dios creador, Ahura Mazda.
El chamán es el maestro del éxtasis, el señor del fuego, que le confiere el estado extático, la libertad espiritual. Dicen los Yakutes: el primer herrero, el primer chamán y el primer alfarero eran hermanos de sangre. El herrero era el mayor y el chamán estaba entre los dos. Esto explica que un chamán no pueda provocar la muerte de un herrero. Herreros y chamanes nacen del mismo nido, dicen las yakutas.
Los herreros, chamanes amos del fuego, tienen una reputación ambivalente. Por la razón que son considerados poderosos hechiceros. Por ejemplo, en África: muchas tribus desprecian al herrero. Aún más lo consideran un paria. En contraste, en otras tribus se le respeta igual que al chamán e incluso puede ser jefe tribal. Además, en muchas mitologías los herreros se equiparán a los chamanes a los brujos.
Los magos, chamanes, herreros y alfareros fueros considerados por el cristianismo como diabólicos. Por eso mismo se representa al Diablo arrojando llamas por la boca. Además, Hefesto en el Olimpo griego, es el mago de la forja, cojo, jorobado y patizambo… Sufrimiento, muerte y resurrección son constantes en la iniciación chamánica. Mientras que, lejos de la oficialidad cristiana, el fuego de la iniciación está vinculado al folklore en muchos relatos. Por ejemplo, en el siguiente cuento.
Jesucristo llega a una forja en la que reza la leyenda «aquí habita el señor de los señores». Pide permiso al herrero y atiende a un cliente, tras lo cual arroja al fuego a una mujer, la del herrero su suegra etcétera. Finalmente, la forja de nuevo, convirtiéndola en una joven hermosa.
Si duda, Jesús aparece como señor del fuego, como el herrero mágico, es decir, un arquetipo chamánico. El chamanismo gira alrededor de los tronos de las dos polaridades. Es decir, Dios y el Diablo. Sacerdotes del fuego, señores del fuego, esa es la verdadera historia de los chamanes, especialistas en fosfenos. En consecuencia, es literalmente imposible mirar el fuego, si ese es su trabajo, sin realizar fosfenos. Es por ello que quien mira la luz desarrolla la mente y el espíritu.
Prometeo fue castigado con la venida de un águila al amanecer que devoraba su hígado que se rehacía cada noche. Debido a que robó el gran secreto de los dioses, el fuego. Dice Esquilo: los primeros hombres vivían bajo tierra, en el fondo de las grutas, cerradas al sol. No conocían la secuencia de las estaciones, la domesticación o la agricultura. Fue Prometeo quien les enseñó todos los oficios y todas las ciencias. El ladrón del secreto de la iniciación chamánica, rescata a la Humanidad. Es decir, la oscuridad, las bestias el frío, desaparecen.
Yahvé que se complace con la ofrenda del pastor Abel y no con la de la tierra de Caín. Caín pagó caro su error…andarás errante y perdido por el mundo. En realidad, Caín significa en hebreo, el que forjó su propia lanza, es decir, herrero. Por eso mismo, sinónimo de peligro, pues es alguien que tiene poder porque sabe. En contraste, con el manso, sencillo y puro pastor nómada. Finalmente, Caín se convierte en constructor de ciudades y Tubalcaín uno de sus descendientes, en forjador de herramientas de bronce y hierro. En definitiva, un Dios cruel condena a la magia, a la luz, al fosfeno, al anonimato y al secretismo. Chamanismo y vocación mística condenados al misterio y al ostracismo. Por encima de todo cabe entender el chamanismo y al chamán como un especialista de la luz.
En su icónico libro El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, Eliade anticipa la constante histórica de la luz. El libro de Mircea Eliade contiene una cantidad ingente de información. Desde las formas de ser chamán hasta los símbolos paralelos al chamanismo, es un despliegue constante de información. Los chamanes de Siberia occidental y de la parte central. Los chamanes Tunguses, los Buriatos, los Altaicos, los chamanes Samoyedos. También las visiones de los Yakutas. El chamanismo en Australia, América del Norte y del Sur, los chamanes en África e Indonesia. La iniciación chamánica entre los Manchúes, Ostiacos y Araucanos. Sigue un largo etcétera. En consecuencia, una avalancha de información de la historia de los chamanes, del viaje chamánico y de las técnicas chamánicas. Probablemente, el libro más completo escrito nunca sobre el chamanismo. Sin embargo, hay un párrafo especialmente significativo en referencia a los chamanes los amos del fuego.
Hablando de los chamanes esquimales y tras, como siempre en el chamanismo, referenciar la experiencia extática de muerte y resurrección. Eliade menciona a los Esquimales Iglulik. El angakkok, el chamán, en el proceso de iniciación chamánica de su discípulo extrae y renueva su alma. Del mismo modo, le transmite su iluminación. Es decir, una luz que el chamán posee en su cuerpo. Aún más, dentro de su cabeza. En el mismo meollo del cerebro; un inefable faro, un fuego luminoso, que le permite ver en la oscuridad. Sin duda, esto recuerda al fosfeno. El candidato a chamán obtiene así su luz mística interior.
La luz interior del chamán iglulik, es una constante en todas las técnicas místicas elevadas.
Por ejemplo, es la misma luz de los Upanishads centro del átman. En el yoga, del que Mircea Eliade era especialista, una luz coloreada indica un estado elevado. Además, en algunas escuelas búdicas, el proceso es el mismo, es decir, una luz interior marca la iniciación. El Libro tibetano de la muerte habla de la luz que rodea el alma del moribundo. Del mismo modo, del muerto. La luz sin mácula define la salvación o la reencarnación. Finalmente, apunta Eliade, no olvidemos el inmenso papel desempeñado por la luz interior en la mística y la teología cristianas.
Cabe destacar, por encima de todo, la frase con la que concluye este razonamiento.
Además, hay razones para creer que tales experiencias místicas fueron accesibles a la humanidad arcaica desde la época más remota.
El tambor chamánico acompaña siempre las experiencias de iniciación chamánica. El ritmo es innegociable en las técnicas chamánicas de sanación, de elevación, de renacimiento, etcétera. En una entrevista de Manuel Almendro a Michael Harner, la importancia del ritmo queda manifiesta.
¿Tienen sus técnicas efectos tan intensos y poderosos como los alucinógenos?
Bueno, cuando tomas un psicodélico particular, éste posee su propio carácter y personalidad. (Precisamente hablamos de ello en el artículo sobre el nagualismo tolteca).
Siempre tendrá un efecto, no importa la sustancia de que se trate. Por ejemplo, si utilizas el tambor, llegas al mismo sitio y tienes las mismas experiencias básicas. Yo prefiero el tambor chamánico, entre otras razones porque no implica ninguna sustancia química ajena al cuerpo. Por tanto, estás usando las sustancias naturales de tu propio organismo.
En la Naturofosfenología, el ritmo al igual que la luz, es fundamental. Parece que todo el mundo tiene claro que la luz y el ritmo son importantes. Sin duda, así es. En contraste, nadie ha explicado claramente porqué y qué técnica específica genera las experiencias místicas. La luz interior y la neurosincronización interhemisféricas son los ejes del Fosfenismo. Debido a ello, han sido estudiados en profundidad. En Fosfenismo podemos aplicar la luz interior y el ritmo a cualquier área de la vida. Como resultado: sesenta años de éxitos internacionales. Conocemos el secreto de la luz y el ritmo y, además, lo explicamos. Por lo tanto, el alumno puede aplícalo al chamanismo o la pedagogía, no importa. Él es el verdadero señor de la luz y el ritmo, su propio chamán. En consecuencia, no necesitará de más tutela, rituales o iniciaciones tras los cursos de chamanismo de Fosfenismo.
La iluminación chamánica es, literalmente, la capacidad del chamán de alumbrar la oscuridad. Cabe destacar que el chamán entra en ese estado, mediante, el canto, la danza chamánica, la maraca y el tambor. Sin duda, como dice Shirokogoroff: la danza chamánica se sustenta por la necesidad de producir sonidos rítmicos. Más aún, el famoso divulgador chamánico Michael Harner, a propósito del animal de poder: el método más extendido entre los chamanes para alcanzar la supraconciencia es la danza acompañada por los tambores.
Los talleres chamanismo de Fosfenismo son transformadores. Cabe destacar que son eminentemente prácticos. Es decir, se aplica la información de los cursos previos para llegar a las experiencias iniciáticas. El animal de poder, el árbol chamánico, la piedra de poder, ancestros. Además, agua, fuego, aíre, se viven a partir de ejercicios que podrían aplicarse a cualquier área de la vida. Así, del mismo modo que disfrutamos de la conducción sin necesidad de conocer como funciona el motor. Es posible asistir a los cursos de chamanismo sin haber pasado por los cursos anteriores. En Fosfenismo damos capital importancia a la compresión intelectual de los ejercicios. En consecuencia, es una buena idea llegar al taller de chamanismo con esa información. Sin embargo, son muchos los alumnos que siguen el proceso inverso. Es decir, realizan los talleres de chamanismo y después, tras la potencia de las experiencias, hacen el resto de cursos.
El primer curso de chamanismo es un taller de chamanismo integral. Sin duda, Matarranya I y II son algo muy especial. Más de diez años y cientos de testimonios atestiguan su potencia. Debido a ello, asisten un número muy elevado de alumnos que son repetidores. Chamanes amos del fuego que ayudan a la formación chamánica de nuevos alumnos. Los cursos de chamanismo de luz tienen una duración de una semana. Por último, siempre comienzan el último viernes del mes de julio de cada año.
Siguiendo a la formación chamánica de la Naturofosfenología está el taller de chamanismo M3. Sin duda, uno de los más poderosos y valorados. Durante el curso se trabaja la transformación de una emoción mediante la energía kundalini. Igualmente, que en los cursos previos se realiza en la comarca del Matarranya. En lugares de poder muy especiales y en la segunda mitad del curso en un Hotel reservado para el grupo. Probablemente, podríamos decir que utilizamos técnicas chamánicas de sanación. Como resultado, claro está, de los ejercicios fosfénicos de kundalini aplicados al entorno del chamanismo. De esta forma se produce una depuración de la emoción, su transmutación gracias al pensamiento rítmico. Cabe destacar que utilizamos ritmos Tuvas que, por cierto, dan una gran importancia al ritmo en sus iniciaciones. Por ejemplo, le dedican incluso versos chamánicos.
Un chamanismo actual al alcance de todo el mundo y rabiosamente pragmático. El curso de chamanismo M3 tiene una duración de un fin de semana.
Por último, al menos actualmente, chamanismo de luz Naturofosfenología ofrece el curso M4. Siguiendo con un chamanismo actual, estructurado y reproducible, en M4 aprovechamos la sincronicidad. Es decir, mediante el I Ching y tras un ejercicio chamánico fosfénico obtenemos un hexagrama. El hexagrama forma un patrón binario reflejo de un orden eterno de potencialidades. En el curso M4 chamanismo de luz de Fosfenismo utilizamos la luz y la vibración, para generar un ahora eterno. En consecuencia, extraemos la información potencial subyacente al campo informativo del individuo. Finalmente, realizamos unos tatuajes chamánicos en el campo etérico con la información oracular. Los testimonios de las experiencias chamánicas de los cursos de Naturofosfenología son excepcionales. Del mismo que en el resto de los cursos de chamanismo que ofrece Fosfenismo España.
Despertar la dimensión chamánica desde la luz y el ritmo, es el objetivo. El psicopompo del chamanismo actual, autónomo y consciente gracias a la Naturofosfenología. Sin duda, ese es una de las metas de los cursos de chamanismo de Fosfenismo. Obviamente, es obvio por el tiempo que llevamos realizando los cursos y por el número de alumnos que los repiten. Las potentísimas experiencias trasformadoras que se producen avalan que el objetivo se cumple ampliamente.
En nuestros talleres de chamanismo no encontrará ningún gurú ni dependerá de ningún chamán. Usted se convertirá en su propio maestro, en su propio iniciador de apasionante viaje chamánico.
¿Existen chamanes hoy en día? Si entendemos como chamán al maestro de la luz y el ritmo, obviamente la respuesta es sí. Matarranya es una oportunidad, pero hay que saber que la danza chamánica que allí se baila requiere compromiso. No son curso para observadores, son cursos para participantes. Sin duda, existe el vértigo por la razón que, al conocer la clave, uno se encuentra con su propia responsabilidad.
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