Testimonios chamanismo de luz: Matarraña 2012
A. Lagos
Sin duda una experiencia significativa en mi vida, de esas que marcan un punto de inflexión. De esas que sientes que te llevan al próximo nivel, al siguiente nivel de conciencia y de poder personal. El trabajo del curso me ha abierto una puerta más, una que puede llevarme muy lejos, tan lejos como lo desee, ya que el método parece no tener límites. El resultado del método se aprecia también por la magnifica calidad humana, intelectual y de conciencia del grupo. Ha sido agradable estar entre gente preparada y dispuesta a trabajar.
La organización, extraordinaria. Gracias a todos los compañeros, a todos los que habéis hecho posible este curso y a ti Francesc, ¡bravo! Las experiencias son numerosas, profundas y catalizadoras. Para mí, este curso en Matarraña, ha sido la chispa que ha despertado el asombro del niño que resulta , le muestran un destello de la esencia absoluta, del Todo, de lo que llevo anhelando tiempo y tiempo. El papamonote deja asomarte a uno de los grandes secretos y ahora sólo deseas entrenar y volar, entrenar y crecer, entrenar y despegar.
En este curso, recibí y di, como no puede ser de otra manera. Y así, me toco de los mayores regalos que he recibido en mi vida y una de las experiencias más intensas, el trabajo de subida de kundalini en la generosa ermita de San Pedro Mártir como pasiva. Fue la liberación absoluta, la dicha perfecta. La fuerza animal, la explosión de Luz, de poder, de alegría, de gozo, de inmensidad…
Al finalizar, los compañeros me miraban expectantes, pude expresar la experiencia con una frase que la resume: ahora, merece más la pena vivir.
Y es que en Matarraña con los ejercicios de Fosfenismo, enseguida sientes en tu cuerpo que estás experimentando la esencia, que estás participando activamente, conscientemente en el ritmo de la vida, en la vibración, en la pulsación del universo. Sientes en tu alma que formas parte de todo y el todo de ti. Que la Tierra late, que el Cielo respira y tú con él, y tu respiración se expande, tu conciencia se expande…
Cristina
Mi experiencia este año en Matarraña ha sido de nuevo muy gratificante. Tengo que darle de corazón las gracias a mis compañeros de camino, a Francesc por preparar un curso tan magnífico, a los lugares en los que estuvimos y a todo lo que lo hizo posible en general.
Me reí muchísimo más que el año pasado si cabe, y de los ejercicios que hicimos, para mí el más impactante fue el que hicimos en la Coveta de l’aigua. La Coveta fue para mí mucho más agradable este año que el año pasado, en ningún momento sentí frío, ni estrechez, ni malestar, ni siquiera después del solemne golpe que se me pegue contra una roca en toda la cabeza.{simpleproduct:id=184}
El ejercicio consistía en buscar la piedra de poder de cada uno, (yo el año pasado no pude estar de pasivo y no conocía la mía).
Me sorprendió lo fácil que me resultó concentrarme con ayuda de la proyección de energía de mis compañeros. Enseguida me imaginé subiendo una montaña, hasta lo alto, donde había una cueva excavada en la montaña, muy similar a la de la Magdalena, pero mucho más profunda. Entré en la cueva y era curioso, porque no estaba oscura aunque no entraba la luz del sol, porque las paredes emitían una especie de luz cálida. Al fondo de la cueva, flotando en el aire, a unos dos palmos sobre mi cabeza, giraba un octaedro (como dos pirámides unidas por la base), hecho de una piedra esmeralda de color muy intenso. La piedra era un poco translúcida, pero al mismo tiempo emitía una especie de luz. “¡Ah! así que es esta es mi piedra de poder“, pensé, “no sabía que fuera una esmeralda” y me quedé un rato “empanada” mirándola, era preciosa.
Como ya tenía la información que necesitaba, pensé en salir de la cueva, pero me pareció desperdiciar el tiempo y la energía que mis compañeros me estaban dedicando. Se me ocurrió que, dado que “todo estaba en mi imaginación”, iba a imaginarme un sarcófago como el de la gran pirámide, (pero un poco más ancho y cómodo), hecho de esmeralda y yo me iba a meter dentro a ver qué pasaba. Así fue, creé mentalmente mi gran sarcófago hecho esmeralda y me tumbé dentro de él. Nada más hacerlo, noté cómo se activaba muchísimo mi chakra del corazón y me pregunté mentalmente a qué se debía. Entonces a modo de respuesta en imagen, vi el campo magnético de mi corazón y lo que le esmeralda estaba creando en el chakra, era que el diámetro del chakra se agrandara y éste se abriera cada vez más, la esmeralda ayudaba a expandirlo.
En ese momento, empecé realmente anotar un dolor físico a nivel de mi corazón, como una opresión, pero no me asusté, porque ya sabía qué quería decir por lo que acababa de ver. Gracias a la apertura que la esmeralda estaba creando, el campo magnético del corazón, era cada vez más grande, y abarcaba más volumen, dado que cuanto más grande el diámetro del centro del chakra se hacía, mayor era el campo toroidal que salía de él. Así estuve bastante rato, de hecho incluso eche los brazos hacia atrás, para ayudar al proceso de expansión, pero cuando todo el ejercicio terminó y pasó todo el malestar y el dolor, me encontré muchísimo más relajada y feliz. Era como haber recibido en “chute” de energía directamente en el corazón, así que di las gracias a mis compañeros, y a la Coveta, por haber aportado su energía, para que yo pudiera realizar este proceso. Muchas gracias a todos de nuevo y espero que repitamos muchos años más.
Por cierto ¿para cuándo un Matarraña de invierno?
Charo López
Este año ha sido muy diferente. Me siento muy afortunada por haber trabajado con compañeros muy cercanos y queridos. Fue una gran ayuda un gran apoyo y un disfrute. Tener 3 días de curso en la naturaleza es un lujo maravilloso. Me ha ayudado a subir un peldaño. Ayer haciendo terapia sentía mucha más fuerza en el hara, sentía que era más fácil y más fuerte. El grupo era muy fuerte. Al estar de pasivo en la Magdalena os cuento: en un principio estaba embelesada con la energía mi cuerpo estaba totalmente inerte. Mis compañeros me dijeron que al acercarse Francesc empecé a entrar en movimiento de 6ª parte o de 12ª. Enseguida me invadió un lloro tremendo que duro muy poco tiempo y acto seguido tenía un sol bellísimo que me mantenía en una posición donde mis brazos con las manos muy abiertas y mis piernas permanecían en alto abrazando y llenando de esa energía de paz de amor y bienestar.
En el ejercicio de tensiones estáticas, cuando lanzábamos nuestro cuerpo astral o nuestro muñeco de luz se desplazaba yo quise ir por encima de unos pinos y de buenas a primeras veo unos árboles que pueden ser olivos y donde se veía la tierra. Era una visión clara y como muy natural. La sorpresa es que al finalizar el ejercicio coincide con el terreno que había en ese valle próximo a nosotros. Era de una claridad meridional. No había sido una visualización sino que se había producido un viaje astral. Mi sorpresa y mi convicción personal es que fue cierto. Ya es hora que me toque con toda la práctica que hago.
Muchas gracias a todos compañeros del alma por haber formado parte de este grupo maravilloso. Gracias a ti Francesc, he dado pasos de gigante, mi vida es mucho más plena y feliz. También con caídas y retrocesos para después coger un nuevo impulso y seguir avanzando.
Muchas gracias Meki por tu generosidad. Siempre dispuesta a ayudar y dar generosamente tu tiempo sin medida para todos los que necesitamos. Muchas gracias a todos los compis de Madrid por todas las prácticas que me resultan de una gran ayuda. A los practicantes hasta pronto, nos vemos en Noviembre.
Un abrazo lleno de cariño.
Vicente
Este año hasta el último momento no sabía si podría ir al curso, pero las cosas sucedieron para que pudiera asistir. El veinte de agosto hará año y medio que comencé mi primer curso de Fosfenismo y desde entonces voy evolucionando poco a poco y tratando de entender mi relación física con el mundo sutil. Como muchos sabéis mi primer curso fue el iniciático y ahí tuve mi primer contacto con la energía kundalini. Desde entonces han pasado muchas cosas, mucho trabajo y mucho esfuerzo para comprender todos esos procesos internos.
Tenía muchas ganas de ir a Matarraña porque hay una necesidad de seguir creciendo con la fuerza del grupo, del lugar y la sabiduría de Francesc que es quien ve y entiende la forma en que podemos ir avanzando si ponemos de nuestra parte y acumulamos ritmo para que el trabajo sea más efectivo. Para empezar, el viaje fue una delicia, muy tranquilo, hemos comido en un bosque del camino muy acogedor. Muy agradable y alegre el reencuentro con los viejos compañeros y encantado de conocer a los nuevos. En la presentación del curso este año hemos comenzado con un ejercicio de proyección a un pasivo, en este caso a los capitanes de las casas. Los activos proyectamos en la nuca del pasivo sexta parte y el pasivo tenía que aprovechar esa corriente para ir expandiendo la conciencia hacia el espacio, más allá de las estrellas si era posible. Ahí se empezó a unificar las energías del grupo.
El segundo día Sábado nos fuimos al Masmut. Un paisaje espectacular. Francesc formó los grupos y trabajamos varios balanceos a un segundo por lado con el mantra OM. Fui el primer pasivo. Me vi envuelto por una energía azul, entrando por el chakra raíz y subiendo hasta el chakra corona, pude ver como envolvía a todo el grupo y seguidamente la energía volvía a entrar en mí provocando una fuerte vibración que envié de nuevo a la Tierra y al Universo. Luego nos fuimos a comer y cayó una buena tormenta con granizo . Nos refugiamos en los soportales de la iglesia del lugar. Por la tarde fuimos a la Coveta, pero no subí porque éramos mucha gente y seguramente no entraríamos todos, Luego me enteré que Francesc fue haciendo grupos en varios tiempos, pero estuvo bien el quedarme por el bosque, había una sensación estupenda.
El tercer día Domingo, fuimos a la cueva de La Magdalena. La subida es preciosa y al llegar arriba me sentí con una paz interior espléndida. No fui pasivo, pero me sentí muy bien proyectando al grupo. Comimos los bocadillos y la fruta, nos relacionamos un poco todos entre todos y nos relajamos para luego emprender camino hacia el Salt donde trabajamos al lado del agua la búsqueda de nuestro árbol protector. No fui pasivo pero fue muy interesante ver como el grupo conseguía sus objetivos. Los activos trabajamos el Neumofeno en respiración cuadrada y proyectando corrientes de luz hacia el ombligo del pasivo. Este tenía que reconducir la energía en espiral y tratar de encontrar su árbol de poder. Nos fuimos a cenar y sobre las diez de la noche nos dirigimos a la ermita de San Pedro para trabajar directamente energía kundalini.
Tuvieron su experiencia varios compañeros nuevos a los que le fue muy bien. Mi sorpresa es que al final también fui pasivo y pude completar el nivel dos siguiendo las indicaciones de Francesc. La energía entró de lleno y era una sensación de Amor hacia todos. Di un pequeño grito de satisfacción.
Ultimo día Lunes, que es una propina que da Francesc para los que se pueden quedar ya que el curso termina oficialmente el Domingo. Volvimos a Santa Bárbara donde comenzamos el primer día y los ejercicios fueron increíbles. Primero nos dirigió Bruno profesor de Francia con el ejercicio de convergencia ocular. Hicimos un fosfeno con el cielo azul y luminoso y durante unos minutos la convergencia, luego íbamos ascendiendo viendo la comarca, luego el continente, luego la Tierra y así hasta alejarnos de la galaxia. Un ejercicio de expansión de la conciencia . A continuación hicimos otro fosfeno con la dirección de Francesc y comenzamos las tensiones estáticas, todos cogidos de las manos y formando un muñeco de luz cada vez más grande, más fuerte. Para que cogiera fuerza para pasar de la luna hacia el Sol por ejemplo, hacíamos tensiones nutriendo al muñeco y proseguir el viaje. Entre un ejercicio y el otro , estaba sentado tan tranquilo cuando empecé a tener una vibración muy fuerte, me sentía muy bien y aunque no lo pareciera estaba muy tranquilo y feliz, sentía una paz enorme y me dio por reír. Quizás tenía que ver con una forma de sellar el segundo nivel y dar acceso al tercero.
Luego continuamos camino hacia Oscar , la gran encina que siempre nos acoge con amabilidad. Ahí el ejercicio era llevar la conciencia a través del ombligo hasta enrollarnos en las raíces de Oscar y visualizar de nuevo el muñeco de luz que ascendía por el centro del árbol y se acomodaba en la cima, entonces visualizábamos como ríos de luz y fuego saliendo de los lugares de trabajo y llevándolos hasta el muñeco, luego descendía de nuevo al interior de la Tierra, nos soltábamos y retomábamos nuestras conciencias sellando así todos los caminos en un lugar común y dando el trabajo por terminado. Agradecimos a todos los lugares. su colaboración energética. Volviendo para Madrid aun aprovechamos la puesta del Sol.
El Martes ya en casa, tuve una experiencia solo en el sofá de vibración fuerte. Mi conciencia estaba en otro lugar, no recuerdo donde. Meky me cuenta que silbaba y hacía unos sonidos guturales muy extraños. Preguntando a Francesc me dijo que había tenido una experiencia del tercer nivel que es cuando kundalini tiene voz.
El miércoles por la tarde tuve de nuevo otra experiencia donde me sentía como un animal muy grande y de nuevo Meky me confirma que tuvo esa percepción y que parecía una analogía a las escenas de la bella y la bestia. El jueves por la mañana de nuevo entré en experiencia y fue algo muy curioso, yo no era yo, si no una especie de ser grande acostado y pasaban un montón de mujeres muy extrañas en fila india sin cabeza ni piernas que se apoyaban en mí, se iban y pasaba la siguiente. Fue muy raro. Yo cada vez me siento mejor y más fuerte físicamente y emocionalmente. Lo importante del método, además de poder experimentar como lo hacemos es que nos hace cada vez mejores, la conciencia de Ser, es mayor y en mi caso a través de todo este camino estoy pudiendo ver en las personas en varias ocasiones al mirar a través del tercer ojo algunas de sus lesiones como en una radiografía.
Me siento muy agradecido a todos y en especial a Francesc. Un abrazo a Bruno. Espero que nos veamos de nuevo en Noviembre.
Isidre
Mi experiencia en Matarraña ha sido intensa, profunda y amplia, en los días posteriores a seguido el resentir y entender lo vivido y visionado de estos días, para mi ha sido como la culminación de una etapa de mi vida que empezó hace algún tiempo en un trabajo personal e interior de trascendencia y transmutación de la conciencia con la ascensión de la energía kundalini hacia una expansión de la consciencia en los diversos planos y dimensiones del Ser.
Esta metodología que nos proporciona el Fosfenismo mas el chamanismo me parece genial y muy potente para seguir avanzando en el camino, aunque a veces se puede encontrar un ser a fin y con el mismo objetivo y así sí que se da un salto cuántico; en cuanto a mis compañeros de curso a sido una pasada, porque con el grupo las energías se multiplican al estar todos comprometidos en la búsqueda de la visión y experiencia interior todos los ejercicios han estado muy bien, pero para mi el de convergencia en el tercer ojo es quizá el que me resulta mas útil para la visión interior en cuanto al maestro y conductor, un diez, porque creo que es sumamente importante la seriedad y el rigor para lograr un buen trabajo y no en perder el tiempo con las trampas de los egos, gracies Francesc, espero y deseo que puedas seguir ayudándonos en este camino que nos lleva a la evolución y expansión de conciencia, la realización de Ser, y así podamos ir plasmando y creando el mundo que anhelamos. Mucha luz y amor para todos-as.
Carmen
El milagro del vuelo de Matarraña
A todo mi ser le invadía un gran nerviosismo al acercarse el fin de semana del Matarraña. Tenía miedo y estuve a un punto de hacerme atrás, pero sabía dentro de mí, que sería algo que dejaría huella y me haría crecer. Seguía los consejos de Francesc. Encuentro con todo el mundo en la plaza de la Fresneda. Cuando vi a Francesc, todo se calmó. Subimos al ayuntamiento; me sentía algo sola pero acompañada. Estaba sola, “yo”, pero a la vez, vi a un grupo risueño y con ganas de empezar. Los principiantes no sabíamos muy bien lo que íbamos a hacer, pero Francesc nos recolocó en el sentido de que nos recordó que allí se iba a trabajar, con un gran cariño pero al mismo tiempo con gran firmeza.
Subimos a la ermita peldaño tras peldaño y cuando llegué arriba, me sentí feliz de estar allí. Hicimos el ejercicio y el viento apareció ,como si nos contestase y nos recibiese, con ese vendaval tan agradable. Al terminar el ejercicio me subí a la piedra del poder donde confluyen tantas líneas de energía. Habían rayos y crujía el cielo, pero era su bienvenida. Yo me subí a la piedra de poder, abrí los brazos y me salía del corazón decir “aquí estoy, soy yo”, y abrí los brazos para poder volar al ritmo del viento.
“Estoy aquí” y sentí que formaba parte del TODO. Francesc me preguntó qué buscaba en el curso del Matarraña y le dije “volar”, y así fue. En la excursión a Masmut, me di cuenta de la inmensidad de las montañas e iba agradeciendo el estar allí. Me tocó un grupo, como siempre, extraordinario. Hubieron personas que con gran cariño me enseñaron a hacer los balanceos. Allí tuve mi primera experiencia de “pasiva” y sentí como el cuerpo se separaba para hacerse muy grande y llegar a las montañas. Oía armónicos y un gran viento circular a mi lado. La subida fue tremendamente inolvidable. Me sentí integrada como parte de toda la naturaleza , piedras, hojas, árboles, y la naturaleza nos brindó una agradable lluvia. La subida a la montaña, en busca de la cueva, fue risueña y aunque el cansancio empezaba a notarse, todos los de mi alrededor acabamos muertos de risa; era fantástico, cansados pero riendo Era espectacular sentir en la cueva que estabas dentro del útero de la madre Tierra.
Por la noche, en la iglesia de San Pedro, vi como las personas que tenían más experiencia, dirigían una subida de kundalini, en busca de la luz. Fue muy fuerte para los principiantes, pero a la vez las caras de los que fuero sujetos pasivos, expresaban que aquello era de lo mejor que les había pasado y transmitían paz y alegría. Al fía siguiente, la excursión a la cueva de Santa Magdalena, presagiaba lo que pasó después en el ejercicio. Para mí, en la cueva de Santa Magdalena se produjo lo que iba buscando desde hacía muchos años; estuve en el centro de la cueva y al lado del fuego. Por primera vez, durante un rato, pude coger el ritmo de la sexta parte y vibrar como nunca lo había hecho; una delicia…
Bueno, para no alargarme más, os diré que la meditación que nos hizo Francesc al centro de la galaxia cogidos todos de la mano, haciendo tensiones estáticas y notando como nuestros compañeros de al lado temblaban, fue un viaje alucinante porque me recordó un cuento que había escrito hacía un mes. Tuve todo el grupo a mi lado y sentí que éramos “uno” dentro del universo. Sentí la fuerza de la mano de mis compañeros de al lado por lo que era muy sencillo coger impulso par volar. Creo que allí se unió mi corazón con todo el grupo, siendo una única alma que volaba por todo el universo.
Luego llegaron las despedidas, las risas, la comida y el sentir que no me quería marchar. El milagro del Matarraña en mi alma y corazón, jamás podrá olvidarse.
Francesc me dijo antes de ir al Matarraña que conocería a un grupo de gente de gran calidad como personas. Indudablemente aquí nombraría a personas que llegaron a calar dentro de mi corazón, pero esto lo dejo en mi intimidad. Gracias por todo lo que habéis aportado a mi vida .
Francesc, eres un gran profesor. Tus explicaciones antes de los ejercicios eran inmejorables. Valoro mucho tu atención con todos, para que cada uno de nosotros recibiéramos algo que nos ayudase a crecer. Gracias, porque creo que todos hemos crecido. Gracias a todas las personas que dedicaron su tiempo a organizar y comprobar un curso como éste, siendo una gran dificultad poner en movimiento a un grupo tan grande. Espero que tengan la satisfacción de saber, que el curso ha tenido una repercusión muy positiva en cada una de las personas que hemos participado en él. Víctor, has sido el mejor capitán que podía tener la Casa Can Gregori; gracias por tu ayuda en todo. Francesc, estoy esperando la vuelta al Matarraña otra vez.
Daniel Fernández
Una vez mas, ya por quinto año, estuvimos allí. Cada año es diferente, el lugar es diferente, el grupo es diferente, las personas son diferentes. Y el objetivo del curso es diferente. Así pues, en una progresión natural de las cosas, seguimos avanzando. Yo este año decidí irme unos días antes a la zona. Me establecí en Valderrobres, y me organice un pequeño programa de ejercicios para llegar al curso con ritmo. Un acierto. Este preámbulo da estabilidad, da consciencia, da energía y facilita las cosas. Unos días antes del curso estuvimos revisando los lugares y haciendo ejercicios en ellos, pidiendo los permisos para trabajar y facilitando las cosas. Este año íbamos a ser muchos así que la logística del curso implicaba mas organización: mapas, llaves, recorridos, reuniones, coordinación… El inicio del curso en el aula del ayuntamiento fue todo un acierto. La gente prestaba mas atención y estaban menos dispersos ante las indicaciones generales. Y la introducción de la línea de trabajo en Santa Bárbara seguida de un ejercicio inicial dio lugar a meter la cabeza de lleno en el mundo en el que íbamos a trabajar.
Masmut , impresionante formación rocosa, presidió nuestro primer ejercicio, sincronización y contacto con el elemento tierra, tan necesario hoy con esa tendencia que tenemos en esta época de viajar por las nubes y perder el contacto con el suelo. Justo nos fue el tiempo para terminar y llegar a los coches cuando la tormenta se desencadenó, suave al principio y potente al final, cuando por suerte ya estábamos recogidos bajo el soportal de la Ermita de la Virgen del Rio. Allí aprovechamos para comer algo y charlar sobre temas relacionados con el objetivo del curso. De ahí a la Coveta de l’aigua, mas tierra, mas profundo. Si queremos ascender debemos tener una buena base desde la cual empujarnos.
Éramos bastantes y no pudimos estar todos en los grupos de trabajo. Yo ayude a la colocación de los grupos y busque un lugar para mi solo, por falta de sitio en los grupos. Encontré una salita pequeña, con una resonancia impresionante donde podía oír los mantras de otros grupos, y allí tuve una gran experiencia con el sonido. Mas tarde me junte con Héctor y Jordi. Entre los tres solos, sin pasivo, hicimos un trabajo excelente. Coordinados, rítmicos, resonando, balanceando. Cuando terminamos pude quedarme quieto en silencio y observar los efectos en mi cuerpo y en mi consciencia. Sensación de placer, de amplitud, de estar integrado, de ser. Tan agradable fue que decidí salirme al exterior porque estaba seguro que había obtenido lo mas que se puede obtener como activo. Y quería quedarme con esa sensación tan agradable. Al final decidimos hacer de activos para Bruno, y volví a entrar. Hicimos una pequeña variación en el ejercicio que fue suficiente para reactivar nuevas experiencias y sensaciones. La cueva se hizo nuestra amiga, nos ayudaba, se ablandaba, aceptaba nuestros mantras devolviéndonos un eco lleno de vida que resonaba en todo nuestro ser.
Alegría, bienestar, energía, consciencia de ser y estar.
La Coveta es un lugar difícil. Oscuro y frio tiene tendencia sacar de nosotros partes oscuras, reacciones frías, recuerdos negros que no deseamos volver a ver. Mi primer años dentro de ella fue malo, muy malo. El segundo fue neutro, ni fu ni fa. El tercero fue espectacular. Por fin. Ya por la noche fuimos a la ermita de San Pedro Mártir. Un lugar especial para un trabajo especial. De allí que hablen los que hicieron de pasivos. Solo cabe decir que la propia Ermita va seleccionado los fuertes, los que se han ido limpiando, los que van a dar y no a recibir. Ver como empezamos a proyectar mas de 40 personas y al final solo estábamos unas 15, da una idea de lo que quiero decir.{simpleproduct:id=187}
El lugar, la hora, la noche, el cansancio… hace su selección natural. El objetivo del curso era: trabajar con conciencia. Cuando uno esta fuerte y esta cómodo y esta caliente es todo muy fácil. Pero ese trabajo a esas horas enseña mucho. No se debe perder la oportunidad de aprender lo que la situación enseña. Pero el trabajo es interior. Cada uno sabe lo que puede y lo que debe hacer. Cada uno obtiene lo que da. Cada uno esta en su lugar. Ni mas ni menos. Tras dormir poco y mucho café nos presentamos en la ermita- balma de la Magdalena. Lugar de energía canalla estructurada gracias a la geometría, siempre da las mejores experiencias a quien sabe estar preparado.
La mía consistió es ser capaz de ver aquello que los pasivos estaba viendo e incluso en un momento dado echarles una mano, aunque no la supieran ver. Pude ver el animal de poder de Doris, como ya me sucedió años atrás con la piedra de poder de Pedro. Pude ver como Héctor estaba perdido y no alcanzaba a llegar donde su animal de poder lo aguardaba. Y sobre todo puede ver y recordar el poder de las tensiones estáticas. Pasivos con grandes experiencias personales siempre son el resultado de un buen trabajo de grupo en la Magdalena. El Salt es un lugar de paz interior. El trabajo del Neumofeno allí equilibra, regula y estructura lo trabajado anteriormente. El agua limpia, refresca y regula el fuego desatado en La Magdalena.
Al día siguiente fuimos a un lugar que antes no habíamos probado, próximo a la ermita de Santa Bárbara. Un lugar aéreo para trabajar la convergencia. Desde aquí gracias a Bruno por su presencia su trabajo pues la convergencia es un ejercicio que adoro pero que en estos lares tenemos un poco olvidado. Improvisado o no, la meditación al centro del cosmos tras la sensación de expansión generada por el ejercicio de convergencia fue perfecto. Un gran acumulo de energía generada por las tensiones en grupo para un viaje fuera de los confines del universo. Un placer.
Pero para mi lo mejor estaba por venir. Tras el ejercicio de las tensiones al sol para viajar por el cosmos, tenia tanta energía que me puse de pie en al borde del precipicio, mi doble dio un salto y salió de mi. Cayó al fondo del barranco y se puso/me puse a correr por el monte. Podía sentir la tierra a mis pies, el polvo, las ramas que me rozaban. Corría veloz, atravesando caminos y bosques hasta que llegue a la cima de la montaña que tenia frente a mi. Allí di un salto y me salude. Me veía a mi mismo desde la montaña de enfrente. Alucinaba pero sabia donde estaba. Volví corriendo a mi cuerpo por el mismo camino. La sensación era alucinante. Había estado en la montaña frente a mi sin moverme del sitio. Desde luego una experiencia que solo ensoñadores con mucha energía son capaces de realizar.
No podemos olvidar a Oscar, la encina. Lugar idóneo para cerrar pues es el mundo vegetal, conexión cielo tierra. Si dejamos las cosas abiertas hay riesgo de que se desparramen o se estropeen. Comenzar las cosas es fácil pero hay que tener energía para cerrarlas adecuadamente. Oscar ayuda a cerrar vinculando los lugares, cerrando el ciclo y dando un soporte vegetal fuerte para que aquel que esta muy arriba pueda bajar y el que se ha ido al fondo pueda subir.
Un grupo grande, diferentes velocidades, diferentes objetivos y diferentes puntos de partida, pero al final, solo en dos días, sincronizados, trabajando como una unidad, equilibrando sus energías gracias al ritmo, compartiendo experiencias internas. A cualquiera que se lo cuentes no se lo cree. Mas que nada porque no es capaz de imaginárselo. Pero sucede, sucede cada año desde hace ya 5 años.
Gracias a todos por el esfuerzo y el trabajo. Por lo dado y por lo recogido. Por ser y por estar. Y por no necesitar para a poner gasolina.
Mar Eywa Akua
Un viaje donde a través de la luz, el sonido, el ritmo, movimiento y mantras los bloqueos desaparecen y liberas tus miedos. El descubrimiento de un método natural a través del cual conectas con tus ancestros y tu animal de poder.
La tormenta en la ermita de Santa Bárbara
En el cielo estruendo de fuego, rugidos intensos que proyecta sombre mi mente la fuerza que equilibra mi centro. Mis pies sobre la espiral de piedra abrazada por las nubes violetas y grises con luces que rompen la oscuridad gritándote desde el cielo quien eres. Toma de conciencia y espíritu que me anuncia el principio de una gran aventura la revelación oculta, la verdad y la pureza creadora de la vida destruyendo y regenerando mi Ser.
Nos dirigimos hacia la montaña sagrada de Masmut
La alegría corre por nuestras venas, lentamente nos vamos adentrando en el sendero empinado de piedra que baja a un lugar enigmático de arboles y matorrales dejando a nuestra izquierda la hermosa formación de peñas de la montaña sagrada de Masmut.
Escucho los susurros y cánticos de quienes antes poblaron aquel lugar, me adentro en mi interior y con respeto dirijo mi pensamiento y mi corazón en una plegaria para pedir permiso para transitar a los druidas que sigilosamente aún guardan aquel lugar. Mis compañeras y yo reímos mientras que la embriaga energía de la madre que nos rodea nos observa. Es el lugar perfecto para sentir a todos los espíritus de la naturaleza para que nuestro trabajo en aquel lugar tenga la fuerza de conexión y concentración. Con mis espaldas en el suelo me dejo llevar por el sonido y siento la vibración en todo mi cuerpo que se va extendiendo como una casaca hasta hacerme sutil, ligera, en unos segundos estoy en otro lugar de espirales relucientes volando sobre sus cabezas mecida por el viento, la voz majestuosa de un druida me dice unas palabras para Francesc. La fuerza de mis compañeros y compañeras decae por un momento y otra vez en la tierra ocupando mi cuerpo me estremezco.
De nuevo rugen las montañas como un eco sagrado de mis antepasados y traída por el viento la tormenta se acerca una vez mas para recordarnos quienes somos. La suave lluvia cae sobre nosotros dándonos alegría y la seguridad que el trabajo realizado será fértil, que nuestras heridas sanaran, que la dicha llegara a nuestras casas.
Nos dirigimos al interior de la tierra, el vientre sagrado de la madre para descubrir nuestra piedra de poder en la Cueva de l´Aigua
En este lugar me siento a salvo, de nuevo tumbada en la oscuridad de esta cavidad me entrego totalmente a la experiencia que traerá cambio a mi vida. Los mantras mucho más poderosos en la resonancia de la cueva elevan mi vibración con poder y en unos instantes estoy allá arriba como un punto de luz observando y sintiendo. El techo se abre y me encuentro frente a la montaña sagrada de Masmut que la rodea una energía azul eléctrico como si estuviese viva. Estoy suspendida frente a ella solo logro ver unas grandes alas grises y blancas que me aguantan. La montaña comienza a abrirse majestuosamente y de su interior una gran luz blanca radiante que casi hace desaparecer todo a mí alrededor. Siento que mi cuerpo es estas rocas que se abre estremeciéndose y de sus entrañas nace mi piedra de poder (como es lógico no puedo revelar cual es).
Nos acercamos y nos abrazamos. Al salir de la cueva otra vez las señales del cielo me hablan, relámpagos lluvia y estruendo testigos del proceso interior de mi vida. Enfrentarme a mis miedos para crecer porque tengo que decir que precisamente las tormentas me aterrorizaban, y para mi este viaje me ha puesto a prueba constantemente como retándome probándome. Ahora soy amiga de la tormenta, del viento de la oscuridad y la sombra y el estallido de la luz en el cielo.
Hacia la ermita de Santa María Magdalena en busca de mis ancestros y animal de poder
Es uno de los lugares más misteriosos y asombrosos que he visitado. La subida fue dura pero a cada paso me sentía mas integrada en la exuberancia de la naturaleza que me rodeaba, busque en mi interior la resonancia de todo aquello que me hablaba con el tintineo del sol a través de los árboles, el canto de los pájaros, el sonido del viento, el olor intenso de las plantas. Fui recogiendo cortezas de árboles, plumas, piedras y hojas que me llamaban. Al llegar Francesc nos situó por grupos, mis compañeros y compañeras eran fabulosos con mucho poder, entre ellos descubrí a un chaman por naturaleza al que enseguida descubrí, de mirada azul intenso.
Tuve mis dudas a la hora de ponerme de pasiva, incluso lo comenté con mi amiga, me daba miedo tener una conexión fuerte, dejarme ir, no poder controlarme en este lugar sagrado de poder femenino. Durante estos días estaba descubriendo que era posible experimentar el poder del ser a través del sonido, mantras, ritmo, luz, salir en viaje astral con ayuda externa grupal yo siempre había tenido estas experiencias en solitario mediante meditación. Tengo una inmensa facilidad para ello, por eso mis temores.
Al fin me decidí y justo es cuando Francesc quería hacer otra cosa diferente. Nos colocó en el centro de la espiral, éramos dos mujeres y dos hombres. Todos los demás nos rodearon.
¡Uff!! Me arme de valor, tome entre mis manos todas las cositas que había ido recogiendo durante el camino de subida, pedí ayuda a mis seres protectores. Me acorde del refrán no quieres sopa, toma tres tazas. Me acomodé en la esterilla con un antifaz sobre mis ojos, respiré hondo. Mis compañeros de viaje entonaron un mantra que jamás había escuchado pero con un inmenso poder, mi cuerpo comenzó a vibrar, mi mente rápidamente quería controlar la situación. Un rayo eléctrico desde mi primer chakra hasta el del corazón y del séptimo hasta el corazón. Una luz intensa me atravesaba, conectando mi estrella del alma y mi estrella de tierra. Los oídos me zumbaban y de repente mi parte central ombligo y pecho se elevaban como si alguien tirase de ellos, me agarre fuertemente a la tierra, pronto comprendí que mi chispa sagrada salió por allí. No pude resistirme a la llamada, ante mi vi sus ojos mirándome majestuoso detrás de grandes plantas y un impresionante árbol. Me esperaba. Su pelo largo de plata y gris tocado con algunas plumas blancas/negras y algunas rojas esparcidas por su cabello, sus facciones duras intensas, amables y sabias. El ambiente es brumoso con olor a agua y musgo. Escucho en la lejanía voces que poco a poco van rodeándome, me dice que tenga valor, me muestra unos dibujos y unos caracteres de escritura que me pide recuerde. Siento la necesidad de escribirlos y dibujarlos siguiendo sus instrucciones deslizando mis manos en la tierra. Las voces son amenazadoras, me armo de coraje y valor, localizo a aquellos que me persiguen les miro a sus ojos , no tengo miedo a morir pues el gran espíritu me acompaña les señalo, les reto, estoy preparada, en mis ojos llueve aprieto los puños con fuerza, les miro sin miedo, que mi alma llegue hasta mis ancestros y se funda con ellos, que mi espíritu surque la montaña sagrada allá donde el cielo y la tierra es una, que mis manos se fundan con la espuma plateada de mi gran madre, y así surcar el viento con mi hermana águila.
He pasado la tela de araña invisible entre los dos mundos donde él me espera, siento el aliento de mi hermana osa que me trae de vuelta, llevo la sabiduría del Gran Oso a mis hermanos. Son ahora mis patas agarradas a la tierra y otra vez las voces y mi vida fugándose. Todo esta oscuro, acurrucado en el vientre de mi madre siento la llamada y mi cuerpo se desliza en ondulaciones suaves y hermosas. Escucho la canción del hermano viento que viene a buscarme y por un instante me abrazo al gran árbol. Me elevo por encima de las cabezas… Estoy ante él de nuevo y escribo lo que me dice. Rodeada de cazadores que se acercan me alzo ante ellos con fuerza y dignidad. Mi corazón entona una canción rítmica fuerte y mi respiración la baila. Me siento sin fuerzas, herida, caigo, me voy lentamente. Silencio, paz. Esta todo oscuro, el viento, los árboles me traen una canción dulce armoniosa que hace que vuelva a mi cuerpo caído. Siento el círculo con calor, fuego, viento colores y espirales. Miro hacia la puerta solo luz radiante blanca intensa, la veo a ella caminar hacia mí con gran belleza, su pelo largo ondulado como el mar, radiante como el hermoso sol, vestida de luz, me mira y sonríe: estás a salvo, ya eres merecedora de su protección.
Con ella vienen mis animales de poder. Sobre su cabeza, a su derecha e izquierda elevándose desde sus pies. Les doy la bienvenida, sonriendo feliz, poco a poco van entrando los animales de poder de mis compañeros y compañeras de círculo sagrado, estoy feliz y el corazón lo siento radiante de amor. Ahora después de unos días he comprendido y accedido a la información que me dio mis ancestros. Entre salto y salto mi alma viajo desde la conexión con ellos y mis animales de poder, siendo también ellos mismos, metida en su propia piel he merecido sus dones y protección. Siendo parte del todo y el todo en mi.
Ha sido maravilloso descubrir, recordar como sanar con la sabiduría chamánica. He recordado la dignidad la falta de miedo y la gracia de los animales, comprendiendo la verdad.
El agua en busca del árbol de poder
En el interior debajo de las cascadas de este hermoso rio, me coloco en el lugar que me han designado. Cuando me toca ser pasiva me tumbo sobre la colchoneta y tapo con un velo suave que me cubre y sobre mis ojos un antifaz negro. Poco a poco me veo en la oscuridad y sobre mi ombligo raíces grandes que van creciendo y extendiendo por todo mi cuerpo hundiéndose en el interior de la tierra. Soy toda raíz y viajo hacia lo más profundo.
Siento la necesidad de mirar hacia arriba y veo una luz pequeña y el susurro de respiraciones chispeantes que me llaman, subo lentamente hacia arriba, rompo la tierra y un agua verde esmeralda y transparente me cubre, poco a poco voy creciendo hasta sacar mis pequeñas ramas del agua. Revoloteando cerca de mi hay un hada azul con espirales en su corazón y con aceites e elixires me dan fuerzas y a su izquierda un viento que me hace bailar, la hada blanca de luz hacen que salgan mis ramitas y hojas, y otra pequeña hada verde esmeralda de su bolsillo saca una arena brillante para ponerla sobre mí. Su cara es hermosa, cerca de ella está el hombre de la lluvia y a la derecha de ella un sol radiante me llena de fuerzas. Todos ellos con su aliento, su respiración me hace crecer más y más, ya veo mi tronco grande de corteza blanca. Mis ramas se llenan de hojitas brillantes y doradas. Esto me recuerda que todos crecemos con nuestras experiencias gracias a todas las personas, elementales y seres que nos rodean. Mi agradecimiento a todos los compañeros que me han ayudado hacer cada ejercicio con paciencia.
También como no a Francesc por su dedicación, sabiduría y conexiones para llevarnos a estos lugares mágicos y de gran fuerza. Al principio chocaba con las energías masculinas y mentales que predomina en el curso. (No quiero decir que energías masculinas es igual a hombres.) O sea desde el punto de vista de la razón, la técnica más que con el corazón la emoción de la energía de la mujer. Pero he aprendido de ello. He sentido que aunque es perfecto todo, me hubiese gustado que se acercara también a la forma amorosa equilibrando ambas partes. Sobre la organización se puede mejorar un poquito más ya que en mi casa una persona se quedo sin ir a uno de los talleres porque la gente fue incapaz de buscarle una plaza en un coche. Pero a parte de esto, muy buena, jejeje.
Fue precioso compartid la comida con el viento la lluvia los truenos y granizos otra vez el universo y mis ancestros probándome para que abandonara mis miedos… Gracias a Mara, por cuidarnos en la casa Marisol, por cierto preciosa, gracias a todos muy especialmente a mi chicarrón del norte Gabriel por su increíble voz cantando armónicos, que me hicieron regresar, a el hombre que cuidó que no me la pegara mientras tuve la experiencia en la cueva de santa María de la Magdalena, a Ela que me introdujo en el curso de fosfenos y a Marta por sus risas.
PD: Con respecto al tema de los coches. En casa Marisol disponíamos de tres coches, cada casa tenía un responsable y se autogestionaba, se organizaron los coches y una parte importante de la comida para todas las casas. En el caso que relata Mar quien debía llevar coche de esa casa no fue y quien podía sustituirlo (de la misma casa) no lo hizo; aunque estoy seguro que de ser conscientes de la incidencia, en los coches de las otras casas seguro que hubiéramos encontrado plaza. Creo que este año es resaltable precisamente la organización, que es mérito de los capitanes de las casas y de Dani y Pedro. Francesc Celma.
Arantxa Palacios
Ha sido un curso realmente interesante y bonito, en mi caso las experiencias han sido varias, en las cuales por unos momentos he dejado que mi pensamiento y cabeza vuelen, ¡¡¡conseguir eso ha sido genial!!! después del fin de semana aprendes que en la vida hay que ir más despacio para darnos cuenta de que pasan cosas por delante nuestro y nos las perdemos, como por ejemplo pararnos a sentir el contacto de Óscar (uf… fue impresionante todavía se me ponen los pelos de punta nada más que me acuerdo de aquel momento) ó simplemente ser conscientes de todo lo que pasa y te pasa a lo largo de un día. A lo largo de la semana siguiente he sentido y me han pasado varias cosas muy, muy, pero que muy interesantes e impresionantes, notas como tu cuerpo está lleno de energía lo notas en tu interior. Me gustaría que el curso se hiciera una vez al mes, así sería una recarga de pilas, de energía constante. Y bueno, qué decir del profe ¡¡¡¡¡¡, muy muy muy bien Francesc.
Lisa
Hola Francesc:
Quiero hacer un pequeño resumen de mi vivencia en Matarraña… y aquí va.
Una de las sensaciones mas fuertes que he tenido ha sido… al volver a Madrid!!!!!! ¿Qué es esto de estar rodeanda de edificios y cláxons y follón no poder levantar la mirada mas allá del otro lado de la calle? Este fin de semana de Fosfenismo, ha sido un intenso baño de sol y naturaleza. He sido llevada a velocidades vertiginosas y en un espacio de tiempo corto a hacerme UNO con un grupo de personas, con el agua, el monte, el farallón, el granizo, el viento… las nubes negras tronando y escupiendo rayos, las nubes blancas livianas y preciosas… PODEROSO!!!! Y no lo he llegado a inventariar todo!
¿Y aquella noche misteriosa de la ceremonia del kundalini?…. Vueltas y vueltas del oscuro camino que no conocía. Yo desconocía la razón, desconocía la distancia, era desconocido el camino… Algo me tranquilizaban las carcajadas, las conversaciones excitadas y llenas de una anticipación inquietante de los que sí sabían a qué iban. Ellos parecían más tranquilos… Para mi esta fue la vivencia que llevé peor. Mi mente de ciudad… la mente de mi pasado entero… Parecía que los otros estaban mas tranquilos que para ellos era NORMAL. Me sentía algo sola esa ceremonia primitiva? iniciática? de los ejercicios de activación del kundalini.
Hubo momentos que debido a la presencia de ese yo del pasado, con sus aprendizajes y diferentes ideologías, ante este torbellino de sonidos grupales se me llegó a producir pánico espiritual. ¿Dónde estoy?… ¿Estas aquí Luz Divina??? Kadosh Kadosh Kadosh Adonai Tzebayoth Protección Divina aquí ahora!!!… repetía en mi mente junto con el KIKIKIKIIKIKIKIKIKIKI! Estas fueron las sensaciones mas fuertes. Luego muchas otras fueron alegres y estimulantes. Me llamó la atención de como nos llevabas a matacaballo… sin compasión (lo digo en plan bromista) nos exigías una o dos veces mas… cuando y/o por lo menos pensaba que mis muñecas no podían kikikiar más! Y nos lo exigías y se podía hacer y además luego sentía satisfacción de haber aguantado hasta el final.
Masmut me produjo una admiración y un sobrecogimiento grande… Un disfrute la bajada entre los árboles mirando sus formidables rocas gigantes… En los ejercicios de ese día empecé a acostumbrarme un poco al estilo del Fosfenismo. Era apenas la segunda vez que participaba en un ejercicio con mantras al compás del Mantratrón… Diría de ese momento que fue sereno.
Luego que empezara la lluvia…. en verano! Una bendición!. Al llegar al lugar donde comimos… tuve un encontronazo feroz con una compañera. Y ahora que lo recuerdo, fue el segundo…. Pensé: Este grupo está bastante lleno de personalidades muy fuertes, arrogantes, espiritualmente compitiendo… Me parecía que los demás si sabían de que iba todo y que yo a menudo trataba de mantenerme a la par como fuera. Pero de este sitio más allá de encontronazos que felizmente se aclararon rápidamente y con cariño… Me produjo un placer enorme la fuerza de la lluvia, el viento y ese fantástico granizo… dándonos un espectáculo estimulante y bello.
En la tarde… la cueva… La Coveta de L’aigua. Había oído ya tanto sobre años pasados… cosas tremendas que habían ocurrido a los OTROS que lo habían hecho en años pasados…UHHHHHHUUUUUUUUUHH! Llegué a pensar que no me tocaría entrar, puesto que parecía que no habría sitio… procuré estar visible a la tercera llamada…no fuera ser que me tocara experimentar la cueva desde AFUERA!!!” Lisa ponte delante, ponte delante hija!!!que si no, no te van a ver”… oh tu, criaturita que no estuviste el año pasado!!! (léanse estos comentarios como los vaivenes de mi autoestima… dándome la tabarra en un grupo de poderosas personalidades exigentes).
Mi experiencia adentro muy buena. En mi grupo ahí trabajamos bien. Al igual que el sábado anterior cuando hice un ejercicio en Madrid con Meki, Charo, Mario… al ir repitiendo el mantra como que se oían otros sonidos en otras frecuencias… No sentí el mas mínimo miedo por estar dentro de la tierra. La tierra es mi madre y me acoge amante. Y luego al salir!!!! lluvioso brumoso húmedo AH!!!! cómo disfruto con el bosque así… bella experiencia.
La subida a la cueva de la Magdalena… un camino que serenaba, te daba tiempo a irte entonando y fundiéndote con la gloria del paisaje… Los troncos de los árboles, el musgo, las piedras y ese paisaje ancho que llevaba la vista al horizonte que casi… casi sin casi al arco de la redondez de la Tierra. Tan voladita y feliz que de camino me dejé , en una de mis pausas, la sillita triangular… Que luego un amable compañero encontró a la bajada. El trabajo allí fue quizás del que más cuenta puedo dar. Las contracciones musculares y relajaciones… notaba por momentos como liberaban los bordes de fuerza de mi aura… Tuve la suerte de que mi cometido al ser pasiva fuera la de contactar con mis Ancestros. Te había pedido Francesc que tuvieras en cuenta que tengo sordera en ambos oídos y dificultades a pesar de mis audífonos… Me ayudaste a recibir claras la instrucciones y esto hace que uno se pueda poner a la labor mas relajado… y no sintiendo como que… pareciera que han dicho que hay que hacer tal o cual…
Bueno, pues ese viaje a conocer a mis ancestros fue bueno… Básicamente me dijeron que me hablarían a través del Agua y de los Árboles. Y después de contemplar como una película de la evolución de la vegetación terrestre través de los eones… llegué a un paisaje de Bosque Violeta donde nevaba suave y dulcemente nieve violeta… Así terminé serenamente. Mi desilusión, quizás fuera la comunicación con el agua en la tarde en El Salt!! Me tengo que reír porque siempre que lo recuerde, me acordaré también de tu cachondeo con el grupo con el que trabajé… Yo empecé muy mal porque… yo que había dejado en casa el móvil el día anterior… tenía que comunicarme con Madrid a una hora prudente, a decirle que no volvería en domingo… había encendido el móvil… y al terminar no lo apagué. Me sentí culpable y hasta que no pude acallar a la madre superiora que a veces llevo dentro… no pude respirar con tranquilidad esa lenta respiración cuadrada, era así? Pues ná!!!Y que luego por lo menos cuarenta y cinco moscas decidieron que mi cara bonita era el fiambre de la merienda… y yo solo podía pensar en esa agua verde estancada a metro y medio de mi grupo donde quizá ella habrían estado bebiendo… Y ná! que ese ejercicio no fue demasiado exitoso a pesar del deseo de que si lo fuera.
El ejercicio del lunes fue bonito a pesar de sus incomodidades… para entonces yo ya estaba sintiéndome más integrada… Hasta yo!!! tenía también anécdotas que merecía la pena compartir ja!… En fin, ahí al sol, ante un paisaje amplio, ligeramente escorados hacia el vacío, juntando las manos todos a una a ver si hacemos un viaje lejos, lejos… El viaje ocurre dentro del alma. NO sé en qué constelación o galaxia me quedé… esperando la nave de regreso… porque cuando dejo de OIR y tu voz a menudo se dirigía hacia otros lados… pues ahí quedaba yo… flotando a la deriva con una parte de la conciencia anclándome… al sudor que entraba en mi oído por el audífono, por el sol quemándome los dedos de los pies pues tenían calcetines negros… la seguridad que me daban dos manos amigas que estaban conmigo.
Quiero terminar esto y me estoy quedando dormida. Me siento agradecida por lo que he recibido, por lo que he disfrutado por lo que he aprendido… ahí y por lo que espero ir aprendiendo poco a poco, quiero lograr esto! quiero practicar lo que se tenga que practicar porque he añorado esto desde hace muchos años… Sé que alguna cosa se me queda en el tintero… peeerooo, Francesc muchas gracias, bona nit, y un abrazo discretito… como es debido…
Jordi
Primero de todo agradecer a Francesc y a todos los compañeros del curso, agradecer a Matarraña y a todos los lugares donde trabajamos.
El viernes llegamos a Matarraña, dejamos las cosas en la casa y después nos fuimos al ayuntamiento donde se hizo una pequeña charla de introducción al curso. Después nos fuimos en un lugar que estaba arriba del pueblo, allí hicimos una proyección a sexta parte.
El sábado nos levantamos y nos fuimos en un lugar maravilloso, delante de unos acantilados impresionantes. Allí nos repartimos en grupos y empezamos a trabajar los balanceos. Yo estuve de pasivo, sentí sensaciones físicas como hormigueos y sensaciones de ligereza. Estuvimos trabajando toda la mañana, y se notaba como se iba sincronizando el grupo. Después al terminar en aquel lugar empezó a llover y nos fuimos a comer. A la tarde fuimos en una cueva que estaba subiendo por un camino muy bonito. Allí nos pusimos en grupos y nos íbamos poniendo en salitas que había dentro de la cueva. Allí trabajamos con el balanceo circular. Allí se trabajaba con la piedra de poder. Yo estuve todo el tiempo de activo, me gusto mucho trabajar en aquel lugar, se genero una energía impresionante, y los que se pusieron de pasivos tuvieron experiencias impresionantes. Cuando terminamos de la cueva fuimos a comer algo. Después nos fuimos en una ermita, allí se hizo un trabajo de kundalini, todas las personas proyectaban el ritmo de sexta parte con el mantra ki a un pasivo. Salieron 5 personas, yo fui una de ellas. Empecé a sentir mucha vibración en el cuerpo, Francesc me dijo que la amplificara y así lo hice. Después la vibración se apodero de todo mi cuerpo y noté como una energía que iba subiendo y cada vez me hacia vibrar mas, después por momentos aparecían destellos de luz. Fue una experiencia impresionante.
El domingo nos levantamos y nos fuimos en una cueva no muy profunda pero bastante grande, con un espiral en el medio, un sitio muy potente y maravilloso. Allí trabajamos con el animal de poder y los ancestros, con tensiones estáticas y sexta parte. Me gusta mucho trabajar en aquel lugar, nos pusieron a 4 personas alrededor del punto donde empezaba el espiral, y todas las demás persona al lado formando un círculo. Todos empezaron a proyectarnos a nosotros. Empecé otra vez a sentir las vibraciones en mi cuerpo, pero esta vez se amplificaron muy rápido. Después de golpe sentí como si me quedara pegado en un cable de la corriente, y la corriente empezar a pasar rápidamente por todo mi cuerpo y hacerme vibrar intensamente. Fue una experiencia intensa, también vi algún destello de luz. Después los activos empezaron a proyectar el om y después veía túneles donde yo pasaba por dentro de ellos a gran velocidad, los túneles eran de todo tipo de colores. Después de un tiempo de ir pasando por los túneles aparecí en una habitación grande donde todas las paredes, el suelo, y el techo, eran como un tablero de ajedrez, todo lleno de cuadros blancos y negros. Empecé a caminar y después al final, en la pared me encontré un dragón gigante esculpido en la pared. Después nos despedimos del lugar, nos fuimos a comer y después de comer fuimos a un lugar donde había una cascada muy grande, pero el lugar estaba un poco seco y no bajaba agua, pero el lugar era impresionante. Allí trabajamos con la respiración, aquel lugar fue todo muy relajante.
El lunes por la mañana fuimos al mismo lugar que el viernes, pero en un sitio que había mas allá, encima de un acantilado, era impresionante estar en aquel lugar. Allí, Bruno, una fantástica persona nos enseño la convergencia ocular, y nos guió en un viaje astral por el universo. Después nos unimos de las manos todos al lado del acantilado y Francesc nos guió en un viaje astral colectivo por el universo con la ayuda de las tensiones estáticas. Fueron dos experiencias muy bonitas. Después para cerrar el curso nos fuimos a ver a Oscar, un árbol muy grande. Allí hicimos una meditación guíada para recoger todas las energías de los lugares a los que fuimos. Estoy muy contento de haber hecho este curso, de todo lo que he aprendido, de todas los lugares que he visto y de toda la gente que he conocido. También quería agradecer a Víctor, el capitán de nuestra casa, por todo el esfuerzo que ha hecho para organizar lo de la casa. También a Dani por organizar lo de los coches y los lugares, a Francesc, a Bruno y a todas las personas del curso.
Meki
Un año más he podido crecer otro poquito. Doy las gracias por ello.
Este último año ha sido un poco intenso y no tenía muchas ganas de ir al curso, pero cuanto más pensaba en no ir más intranquilidad sentía porque siempre pasa algo por pequeño que sea siempre das un pasito hacia delante si estás atento, sea en una vivencia, en una comprensión que se te presenta o bien en avanzar un pasito más en la sociabilidad con los compañeros, así que el sentido común me llevó de nuevo a La Fresneda para trabajar en grupo con la impresionante dirección en la ejecución de los ejercicios que hace Francesc y este año de nuevo con la compañía de Bruno.
Había mucha gente nueva que no conocían el método y unos se fueron sin entender y en cambio otros avanzaron una buena zancada en su vida. Pienso que la buena disposición por aprender, la paciencia y el respeto por llegar al final y ver si algo aprendían les dio la posibilidad de crecer. Sobre mi experiencia no hay mucho que contar porque fui con la idea de poner mucha conciencia y dejarme de sensaciones, o más bien de no dejarme llevar por las experiencias y estar más en la correcta ejecución y entendimiento de lo que hacía. Pero siempre hay un premio aunque no lo esperes.
El Domingo por la tarde fuimos al Salt y estaba muy cansada y enfadada, no se si el enfado causaba el cansancio o viceversa, no quería ser pasivo, pero en la segunda oportunidad pensé…bueno me pongo y descanso. Simplemente me relajé, pero mis compañeros de grupo hacían su trabajo de proyección tan increíblemente bien que empecé a notar que en mi ombligo se formaba un tubo hueco, en el fondo había un color naranja rojizo y enseguida giraban como en un caleidoscopio un montón de cristalitos multicolores muy muy brillantes, luego pasaban muchas cosas muy rápido, no puedo recordar, pero en un momento se fue formando como un disco circular con círculos concéntricos abultado hacia el exterior que giraba y giraba y llegó un momento en que la sensación era que tenía un gran bol en mi vientre. Al terminar el ejercicio me toqué con las manos porque parecía como si tuviera un bulto grande parecido pero no igual a una barriga de cinco meses de gestación. Al volver como activo, me sentía alegre, fuerte, dinámica, un cambio total a mi estado anterior y como siempre digo esa sola experiencia ya merece la pena haber ido, pero lo cierto es que fue muy entrañable ver como compañeros nuevos hacían grandes avances y el grupo se iba fundiendo en una alegría común, o lo que es lo mismo en un ritmo común. {simpleproduct:id=77}
Han pasado más cosas pero no me voy a extender tanto, solo decir que los trabajos del lunes fueron espectaculares y que desde hoy hago tensiones estáticas por fin con una idea muy clara. Gracias compañeros a los de siempre y a los nuevos, ha sido un placer conoceros. Muchísimas gracias a Francesc y a Bruno por su esfuerzo y dejarnos ahí la posibilidad de una concentración para noviembre que siempre es un estímulo en el trabajo diario. Muchos besos a todos.
Doris
Mil gracias a todos los compañeros, asistentes y coordinadores del curso por la excelente organización y, en especial, a Francesc por compartir y dirigir las hermosas experiencias vividas dentro del curso de chamanismo en Matarraña.
Este curso nos permitió trabajar sutilmente la conciencia en uno mismo y a través del grupo, lo que nos permitió conocer con mayor detalle el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos y nuestro entorno. Quisiera destacar dos trabajos: el de “la coveta” dónde pudimos conectar con la energía de la madre tierra, y a través de ella la relación con nuestra vida personal. Nos permitió acceder de primera mano a nuestros miedos más arraigados y afrontarlos en el útero materno de nuestra Madre Tierra. Y el trabajo realizado en la Magdalena, un lugar especialmente sagrado. Allí trabajamos con nuestro animal de poder y con nuestros ancestros. El trabajo con la energía kundalini y la del lugar nos permitió vivir una experiencia realmente fascinante…. Gracias de nuevo a todos por hacer posible estos encuentros, y permitir que podamos ser cada día más conscientes de nuestro potencial: nuestra propia luz.
Bernard
Coveta de l’Aigua
Trabajamos en un grupo. Los emisores practican las rotaciones de cabeza y proyectan su punto de concentración sobre el sujeto receptor, estirado en el centro.
Cuando me toca a mí asumir el papel de receptor siento un poco de frío y no estoy totalmente cómodo. Comienza el ejercicio y me digo a mi mismo que no voy a conseguir desdoblarme en estas condiciones y empiezo a concentrar la energía en el área de mi ombligo (chakra), para acumular la fuerza del ejercicio y utilizarla durante la noche mientras duermo, para lograr un sueño consciente o un desdoblamiento.
Después de unos minutos, los ritmos son más intensos y siento más calor y vibraciones: finalmente me desdoblo. Entonces veo la superficie de la Luna durante un tiempo. Luego, veo la imagen viva de Sebastià, uno de los miembros del grupo, sonriente y amigable, también sentí la presencia de los otros miembros del grupo, pero de una forma menos clara.{simpleproduct:id=190}
Cascada del Salt
Practicamos los ejercicios de respiración rítmica. Los emisores proyectan la respiración triangular pensando en receptor, situado en el centro del grupo. El receptor inicia el ejercicio viendo un árbol echando raíces en el chakra del ombligo. Hacemos los fosfenos mirando las nubes que pasan. Cuando es mi turno, siento muchas corrientes de energía. Luego, veo nubes luminosas en mi campo de visión. Empecé a ver un gran número de imágenes pasando muy rápidamente ante mis ojos. Destacaré una que encontré especialmente cómica: veo aparecer una barra de chocolate. Se rompe en dos y contiene diamantes. Más tarde durante la experiencia, veo nubes muy brillantes y claras en mi campo de visión. Las nubes se oscurecen, como nubes de tormenta con rayos atravesándolas. Siento un chorro muy potente de energía llenarme durante el resto del ejercicio.
Es interesante observar que la noche de nuestra llegada, en la ermita de Santa Bárbara, que domina el paisaje circundante cuando Francesc nos dio las explicaciones y directrices el curso, una tormenta estalló en la distancia y aprovechamos para regalarnos con el espectáculo de los rayos y truenos. Mi cerebro ciertamente almacenó estas imágenes y estimulado por los fosfenos que hicimos con las nubes, las intentó “reproducir” como una película durante la experiencia del Salt.
Víctor
La cosa tuvo un previo pues Francesc me designó como capitán de casa Gregoria. Así que la semana anterior hubo que hacer algunas llamadas, resolver dudas y coordinar algunas cuestiones; me ayudé del Fosfenismo para ello. Y el curso empezó: en el primer ejercicio estuve como pasivo y se trataba de imaginar que mi cuerpo se expandía intentando abarcar el máximo posible de mi entorno mientras me proyectaban el ritmo de sexta parte. En el ejercicio fui avanzando escalonadamente llegando cada vez más lejos: primero la explanada donde estábamos, el pueblo, hasta las nubes en el cielo, hasta las estrellas más allá de las nubes, hasta las estrellas más allá de las estrellas… todo ello con la gasolina energética que me aportaba el grupo y por supuesto con mi propio trabajo. Hubo algún momento de un ligero mareo inesperado que no dejé que me asustara y que viví de manera agradable. Llegado cierto punto sentí que mi conciencia estaba en todo el cosmos: por un lado tenía la conciencia en mí y por otro lado mi conciencia en el cosmos; en ese momento ya no tenía ningún sentido para mí intentar ir más allá y después de un poco de duda me puse a intentar unir ambas conciencias. Cuando conseguí unirlas un poco, se desencadenaban desbloqueos energéticos y emocionales que sentía en mi cuerpo. La sensación más emocionante fue la de recuperar por momentos la conciencia de mí mismo en el cosmos, conciencia que sentía que está siempre ahí aunque no siempre sea consciente de ella. Cuando terminó el ejercicio me llevó un tiempo recuperarme para poder contar la experiencia a los compañeros que habían estado trabajando para mí, al final lo conseguí y terminé de integrar la experiencia.
El segundo día en Masmut saqué algunas conclusiones de las correcciones que nos hizo Francesc en la manera de hacer los ejercicios que me sirvieron a lo largo del curso. No estuve de pasivo aquí pero me satisfizo mucho la calidad con la que estuve trabajando al final de la mañana. Bajamos de Masmut con viento y lluvia, que se intensificó a la hora de comer, con bolas de granizo. Por la tarde después de resolver algunas incidencias logísticas (gracias a mi grupo por vuestra flexibilidad y a Dani por darme la solución) estuvimos en la Coveta de l’Aigua, ahí trabajamos buscando nuestra piedra de poder. Estuve en un grupo que trabajó con mucha calidad y cuando me tocó como pasivo encontré enseguida un granate en incrustaciones en roca, luego me dediqué a sentir las corrientes de energía por mi cuerpo hasta que en cierto momento aparecieron Amatistas (ya las vi el año pasado) y Rubíes, en ambos casos perfectamente pulidos. Entonces decidí buscar haciendo conscientemente de nuevo el ejercicio tal cual se nos había indicado y aparecieron esta vez esmeraldas en incrustaciones en roca como había pasado con el granate. Curioso, piedras perfectamente pulidas unas y en bruto otras. Antes de bajar de la Coveta estuve en otro grupo proyectando sobre Bruno en una variación del ejercicio usando otro mantra, Bruno consiguió desdoblarse.
El domingo subimos a la Magdalena. Es un sitio especial esta cueva, en ella me es más fácil diferenciar el trigo de la paja. Estuve de activo todo el tiempo, trabajé muy bien y disfruté de las experiencias de mis compañeros. No tuve ansiedad por ponerme de pasivo y sin embargo mientras evocábamos la conexión ancestral en uno de los ejercicios, algo se activo inesperadamente en mí aún estando de activo.
Por la tarde en el Salt me tocó en un enclave genial y en un grupo con muy buen ambiente. Trabajamos el neumofeno con la respiración cuadrada proyectando sólo a pulmón lleno y vacío sobre el pasivo. Buenas experiencias las que tuvo todo el grupo. En mi caso encontré un alcornoque y muchas visiones paradójicas entre las que destacó la de mi propia cara deformándose exageradamente en función de diversas emociones que iba sintiendo.
El domingo por la tarde-noche me pude socializar un poco y fue significativo, ojalá que para muy bien. Tuve una sensación de experiencia ya vivida que se prolongó hasta el final del curso. El lunes por la mañana busqué un momento en la casa para meditar y enfocar cierta cuestión que quería que funcionara de una manera constructiva. Después de terminar de resolver los temas económicos administrativos, así como los logísticos de la casa (la dueña nos había pedido liberar la planta de arriba de la casa pronto) subimos nuevamente a Santa Bárbara donde trabajamos la convergencia ocular con Bruno. Aprendí mucho. Me salió razonablemente bien el ejercicio individual de expansión de la conciencia por el cosmos, en el que vi además a algunos de mis compañeros en el camino de vuelta. En el viaje al cosmos en grupo cogidos de las manos me resultó más intenso que el año pasado y un poco más rápido el viaje, lo cual agradecí. Finalizamos con Óscar en un ejercicio vinculando las energías de los lugares con nosotros mismos a través de nuestro ombligo y la ayuda de Óscar, con su buena energía.
Muchas experiencias, mucho aprendizaje, mucho crecimiento, muchas inspiraciones y la sensación de haber trascendido algunas cosas. También la sensación de lo que podría ser, en nuevas referencias para evolucionar. Gracias a todos.
Sergio Solsona
A mediados de los años 70 la población de esta carismática especie estaba a punto de desaparecer. Los últimos ejemplares sobrevivían a duras penas escondido entre los montes que rodean la zona del Masmut. Este apartado rincón era su santuario, su templo, la tabla de salvación de la cabra hispánica. Un lugar sagrado. Hoy podemos disfrutar de su presencia en otros muchos lugares gracias a esta pequeñísima población y a este lugar. Parecía que las previsiones nos pronosticaban lluvia, pese a todo, el gran grupo comenzó el descenso por la rocosa senda. Risas, charlas amenizaban el camino mientras observamos y fotografiamos la imponente masa rocosa que teníamos a nuestro lado.
El camino es parte de la ceremonia, deberíamos comenzar la procesión dijo alguien. Entonces descendimos en silencio. Empezamos a acompasar nuestros pasos. En fila de a uno llegamos a la frontera que marcaba el comienzo del santuario. Una barranquera de rocas sueltas que teníamos que cruzar. Fue ahí donde pedimos el permiso para pasar. Oímos rocas que se desprendían desde la ladera. ¿Era esa la señal? Levantemos la mirada y la vimos. Una vieja cabra montesa nos miraba desde lo alto. Incluso posó para nosotros. Pese a lo numeroso del grupo y lo ruidosos que habíamos sido hasta entonces no se asustó. Se quedó un rato inmóvil y después se alejó tranquilamente entre la espesura del pinar. Su santuario ancestral estaba abierto. Hemos pedido permiso y nos lo han dado, podemos continuar, tendremos únicamente el tiempo justo.
Pudimos realizar nuestro ritual. Cuando estuve recibiendo las proyecciones fosfénicas no note nada en especial apenas un hormigueo muy débil parecí sentir pero fácilmente se podía confundir con la sugestión o el deseo de percibir la energía. Cuando abrí los ojos al final del ejercicio estaba algo desilusionado pero justo entonces dos enormes buitres sobrevolaron nuestras cabezas entre los nubarrones. Apenas parecían dos hormiguillas muy muy lejanas. Esto me dio ánimos y fuerzas para proyectar al resto de mis compañeros con toda mi energía y mi inexperiencia.{simpleproduct:id=41}
Uno a uno fuimos pasando el resto mientras en el horizonte la tormenta se acercaba. Vamos deprisa que pase el ultimo que el tiempo se nos acaba. Fue entonces cuando Ana voló. Se elevo y surco la tormenta entre los rayos del horizonte mientras nosotros intentábamos seguir el ritmo y mantener la energía pese a que los truenos nos marcaban que nuestro tiempo se acababa. Terminó su vuelo y apenas le dio tiempo a darnos las gracias. Teníamos que salir pues la perspectiva de que nos pillara la tormenta con todas las personas mayores allí abajo no eran muy halagüeñas. Pese a todos calló solo el agua justas para refrescarnos la subida hasta llegar a los coches. Era un dulce despedida en gotas de lluvia. Un hasta la próxima, volver cuando queráis a visitar nuestro santuario… Las rocas del Masmut.
E.L.S
Después de estos 4-5 días ya estoy adaptándome de la vuelta de Matarraña, para mi fue como atravesar un portal en el tiempo, me encantó el pueblo y todos los lugares que estuvimos trabajando desde el primer día ya se notaba una energía diferente en esos lugares que anclamos los trabajos, como tu dijiste Francesc, cada uno recibe según su nivel y aportación en los trabajos; también la comprensión de los resultados depende de cada uno, siempre quedan cosas en el tintero. La verdad es que fue muy intenso el trabajo de todo tipo, limpiezas energéticas que por suerte la misma naturaleza ayudaba, el trabajo con los ancestros para mi fue el que mas me agradó, me sentí tan acompañada y como siempre tu persona desde la sutilidad y el silencio ayudándonos a todos, como un ancestro que eras parte de todos, así podías darnos el empujón necesario a vivir cada experiencia. Los cantos de mantras que emanamos todos posiblemente sea una puerta a operación triunfo los cantos de Matarraña por el grupo de Fosfenismo. También la convivencia en el grupo fue excelente, la comida…. si paso el portal de diciembre de 2012, me apunte al siguiente encuentro en Matarraña, Dios dirá…
Un gran abrazo en especial a ti Francesc por el curso, por tus aportaciones y ayudas, a los coordinadores de las casas ¡Víctor!, que paciencia todos, y a todos los compañeros conocidos y nuevos os Amo a todos.
Gabriel
Yo tuve mi primer contacto con el Fosfenismo hace varios años. Lo encontré en internet, leí varios libros e hice algunas prácticas con una lámpara normal y una bombilla blanca. La experiencia me encantó, pero yo entonces tenía otras prioridades y poco a poco lo fui olvidando. En mi búsqueda espiritual tuve como maestro a un chamán que me había dicho que el próximo paso en mi evolución era buscar la forma de conectar con mis vidas pasadas para recuperar los conocimientos y técnicas con los que había trabajado en ellas. Hace un par de meses volví a visitar casualmente la web de Fosfenismo y encontré allí el curso de Naturofenología. Decidí apuntarme para ver si podía ser una herramienta para extraer información práctica de mis vidas pasadas y me puse en contacto con Francesc.
Hice a toda prisa el curso básico y el de balanceos, y con una formación rudimentaria fui a La Fresneda el día señalado. La comarca del Matarraña presenta un terreno muy accidentado con bosque mediterráneo de pinos en las laderas, y en las zonas bajas tierra de arcilla roja y cultivos dominantes de almendros y olivos. Tiene lugares de gran belleza y alta vibración energética, y lo que más me llamó la atención es lo poco humanizados que se encuentran los parajes naturales; durante todo el curso estuvimos trabajando en ermitas, cuevas, saltos de agua, etc, sin ver ni un solo excursionista. Desde que comenzó el curso nos vimos presas de una fiebre de trabajar, corriendo de un sitio a otro, sin saber si vas a tener un momento para beber agua, ni cuándo ni dónde vas a comer.
Tanto es así que no puedo hacer un relato coherente de todo lo que hicimos porque no recuerdo con certeza el orden en que fuimos a cada uno de los lugares, ni qué trabajos hicimos en cada uno de ellos, ni menos aún los días y horas en que se hizo cada cosa. El viernes a última hora de la tarde se hizo la presentación del curso y después subimos a Santa Bárbara, un convento en ruinas a las afueras de La Fresneda. Allí nos dividimos por grupos y enviamos vibraciones a algunos que turnándose hicieron de pasivos. El sábado fuimos al Masmut, una imponente formación rocosa de muy alta energía. Allí pasamos toda la mañana divididos en grupos y enviando los ritmos por turno a todos los miembros de cada grupo. Cuando me tocó hacer de pasivo no sentí nada, siempre he sido de los que ven y sienten poco. Dani (mano derecha de Francesc) me dijo que al final del curso estaría más cargado de ritmos y me resultaría más fácil entrar en los planos en que se debe entrar.{simpleproduct:id=101}
Creo que fue el sábado a última hora de la tarde cuando entramos a la Coveta de l´Aigua, allí tuve mi primera experiencia. Como siempre nos dividimos por grupos, cada uno en un lugar diferente de la cueva. A nuestro grupo nos mandó Francesc que entonásemos el mantra LAM mientras hacíamos balanceos giratorios y nos turnábamos de uno en uno para hacer de pasivos en el centro del grupo. El trabajo del pasivo consistía en tratar de descubrir cuál era su piedra de poder.
Cuando me tocó el turno empecé pidiendo a La Madre Tierra que me ayudase a encontrar mi piedra, entonces recordé que hacía un par de meses había comprado en un mercadillo un péndulo que a la vendedora le habían vendido como turmalina pero ella creía que no era de turmalina, unos días después le pregunté a una amiga que imparte cursos sobre piedras y ella tampoco sabía lo que era. Le pregunté a La Madre Tierra si era esa mi piedra de poder y me dio la risa, lo que interpreté como un respuesta positiva.
La otra experiencia que tuve fue, si no me equivoco, el domingo por la mañana en la ermita-cueva de la Magdalena. No recuerdo qué ejercicio hicimos, posiblemente balanceos laterales, el trabajo del pasivo era buscar su animal de poder. Cuando hice de pasivo me fui, mi consciencia estaba en otro lugar, no sé dónde estaba, sólo puedo decir que no estaba allí. De vez en cuando volvía a la cueva y oía la voz de Francesc que me resonaba en la cabeza como la voz de un hipnotizador, y en seguida me volvía a marchar. Pedí a La Madre Tierra que me ayudase a encontrar a mi animal de poder, pensé visualizar una especie de Arca de Noé para ver si entre todos los animales alguno se destacaba o se dirigía a mí, pero entonces un murciélago (especie que yo no había pensado incluir en el Arca), se hizo visible y se cruzó conmigo, y yo supe que ese era mi animal de poder. Poco después me di cuenta de que mi grupo ya no me dirigía mantras ni ritmos, y poco a poco regresé a este plano. Después comenzó otro ejercicio diferente dirigido por Francesc, pero yo me encontraba saturado de energía, sentí vértigo y tuve que salir de la cueva para despejarme. Esto es lo más reseñable de mi experiencia en Matarraña.
Pronto haré mi curso iniciático,espero romper mediante la práctica los bloqueos que me han impedido aprovechar al máximo las posibilidades que me ha ofrecido este curso, y poder sacar el mayor partido posible al curso del año que viene al que no voy a faltar.
Benji
Al leer los distintos testimonios me he dado cuenta de lo interesante que es saber lo que cada uno ha vivido durante el curso. Me he dicho que algunos de vosotros estaríais interesados igualmente por lo que sentí y por mis experiencias, tanto más cuanto tuve en dos ocasiones el inmenso privilegio de ser sujeto receptor de todo el grupo que proyectaba los ritmos. Os cuento que hacía tres años que practicaba asiduamente las técnicas fosfénicas en solitario, en mi habitación. He podido verificar la notable eficacia de este método puesto que a los dos meses obtenía mi primer desdoblamiento. A continuación he tenido docenas de experiencias extraordinarias que me han hecho reafirmarme en la eficacia de las técnicas fosfénicas. Soñaba con hacer una formación en grupo para comprobar ciertos conceptos teóricos, como la transmisibilidad del pensamiento rítmico, y para subir otro peldaño en mi entrenamiento. Inicialmente iba a hacer el curso en Francia, pero se anuló. De modo que tomé el toro por los cuernos (¡olé!) y me inscribí en el curso en España, y eso que apenas hablo español ¡Qué locura!
El curso empezó fuerte la primera noche, con proyección de ritmo a la sexta parte en medio de una tormenta. Este arranque fue demasiado para mí y no me sentí cómodo con el ejercicio, seguramente porque no estoy acostumbrado a trabajar en grupo. Al día siguiente, en el magnífico paraje del Masmut, todo fue mejor, poco a poco logré habituarme a la práctica en grupo. Tanto como sujeto activo como pasivo debo admitir que no sentí gran cosa, pero me decía a mí mismo que lo importante es la acumulación de energía, y que a medida que fuera transcurriendo el curso tendríamos cada vez más energía y por tanto cada vez más facilidad para sentir cosas.
En la magnífica cueva negra, la Coveta de l’Aigua, me gustó mucho trabajar en un pequeño grupo con Héctor y con Dani, fue un placer; tenía la sensación de que todos estaban fuertes en el ritmo, tan regular, era muy agradable. Mientras, Bruno y Francesc estaban muy concentrados entonando OM y haciendo unos armónicos magníficos que me pusieron la carne de gallina. Después, cuando todo el mundo hubo salido de la cueva, volví dentro junto con algunos otros con mucho gusto para ofrecer a Bruno una hermosa experiencia de desdoblamiento. Esa misma noche, muy tarde, fuimos a una ermita. Tuve el privilegio de ser pasivo en el grupo que proyectaba sus ritmos. Admito que tuve algunas reticencias, viendo los efectos en las personas que me precedieron. A decir verdad, tenía miedo del resultado, pero me pudo la curiosidad y me decidí. No conseguí relajarme del todo por miedo de que eso me provocara demasiadas manifestaciones físicas. De hecho, había leído en alguna parte que Daniel Stiennon (el director de la escuela de Fosfenismo en Francia) dice que al ser receptor es preciso tratar de contener la energía, canalizarla en el bajo vientre para que genere experiencias sin desperdiciarla en manifestaciones físicas. Estaba muy tenso y al final no conseguí iniciar la reacción, de manera que me sentí un poco decepcionado, pero Bruno me tranquilizó. Justo después me entraron dudas y pensé que los fenómenos que había observado en otros pasivos podrían deberse a la autosugestión o a la atmósfera reinante: por mi formación científica soy cartesiano y prudente. Fue un error…{simpleproduct:id=80}
En la cueva-ermita de la Magdalena me sentía lleno de energía y en tanto que activo nunca había conseguido visualizar tan bien como entonces. Visualizaba increíblemente bien docenas de puntos luminosos que salían de la superficie de mi cuerpo hacia el receptor oscilando a la sexta parte de segundo. Eso me puso la carne de gallina. Después, para gran sorpresa mía, pasé de nuevo como receptor de la proyección, con el grupo entero… Una segunda oportunidad increíble. En esta ocasión estuve más sereno y relajado, y decidí aprovechar eso a fondo observando tranquilamente las sensaciones. El grupo inició un balanceo circular entonando el mantra Ra Si Fu Si Ra cambiando el ritmo, unas veces rápido, otras lento. Observaba mis sensaciones, me dije que sería como la última vez y que no pasaría nada. Pero me dejé llevar y retomé la observación y un momento después sentí de repente una enorme energía en el vientre que me daba ganas de moverme, pero me esforcé por canalizarla. Después sentí hormigueo en las manos y también de forma asimétrica en la mandíbula, extendiéndose a las orejas, y hormigueo en la cadera (hace un año tuve un grave accidente de parapente que me causó fractura de mandíbula y de cadera, y me pregunto si esto no es un desbloqueo energético). Igualmente sentí una vibración muy clara y precisa al nivel del cuarto chakra, que duró un momentito y desapareció. Esta era la primera vez que sentía tan explícitamente la energía en estado de vigilia. Las sensaciones eran muy físicas, imposible confundirlas con una autosugestión… Saboreaba las sensaciones energéticas y su realidad y al final, al abrir los ojos, me sorprendí al ver el techo de la cueva. Tenía la impresión de despertarme como después de una noche de sueño, era muy agradable volver a ver el mundo físico. Después, bajando de la montaña, me sentía tan lleno de energía que no tenía más ganas de practicar ejercicios, sentía que ya había tenido bastante.
Me sentía un poco decepcionado por no haber logrado llegar un poco más lejos en la experiencia, pero Bruno y Francesc me tranquilizaron, la energía fluyó bien y se acumuló bien, y estoy convencido de que después de algún tiempo de ajuste, en las próximas semanas, se manifestará en una fuerte experiencia.
La comunicación no era fácil ya que no hablo bien español y además tengo un problema de audición. Eso era muy frustrante pues tenía muchas ganas de compartir mi experiencia y de oír los comentarios de los demás después de cada ejercicio, pero la comunicación era tan difícil (papel y lápiz las más de las veces) que eso me desanimaba… Ya es bastante difícil explicar conceptos sutiles en el propio idioma materno como para hacerlo, además, en un idioma extranjero que no se domina… en todo caso, he encontrado a los españoles muy acogedores y comprensivos.
Gracias a todos por vuestra acogida y por haberme permitido vivir estas experiencias. Mil gracias a Bruno, que ha sido mi fiel conexión español-francés, lo que me ha permitido abordar serenamente este curso. Y como no, mil gracias a ti Francesc, por tu accesibilidad, tu humanidad y tu generosidad.
Teresa
Es impresionante el paisaje del Mamut, o algo así. En él hice de pasivo y cada vez que visualizaba la luz azul, sentía que la energía me elevaba. Luego me disgusté con la bronca de Francesc, (cuando no tengo o no siento la energía suficiente, no tengo potencia en la garganta), sin embargo en la Ermita sí tenía más potencia y más energía. Si comprendí, que a veces por cansancio me distraigo y que tengo que poner toda la carne en el asador. Sentí no hacer de pasivo en la Magdalena, ya que para mí es especial, como ninguna y una experiencia especial fue la del chico francés en la Magdalena y la expresión de su cara al abrir los ojos y mirarnos, su cara lo decía todo.
Gracias a Francesc, gracias a Bruno y a todos los compañeros por su agradable compañía y las experiencias compartidas. Feliz verano a todos.
Amparo Olmeda
En este reencuentro con la Naturaleza la emoción ha estado fuera de plano, para sorpresa mía he de decir. Tan sólo hubo un momento en que se hizo notar y fue en Santa Bárbara, el lunes por la mañana ya fuera de curso, en la meditación del cosmos. Guardo un recuerdo muy claro y muy vívido que no sé si sabré explicar con palabras: siguiendo las indicaciones de Francesc de conectar con una emoción, la que afloró fue una pena muy grande que desgarró el corazón de mi doble de luz, y por el desgarro de su pecho se iban derramando las amapolas que forman su corazón, nuestro corazón.
Fue muy grato escuchar unos minutos antes a Bruno dirigiendo el ejercicio de convergencia ocular; hablaba en su propio idioma, claro, en francés, y la suavidad de su voz, el ritmo de sus palabras, su cadencia, conformaron un momento, como un paréntesis de suavidad y sosiego.
Me costó casi un día entero sintonizar con la Naturaleza, mi paso por el Masmut no me dejó nada contenta y me originó un desasosiego que me hizo temer que sería así todo el tiempo, cosa que afortunadamente no sucedió.
En la Magdalena encontré mi animal de poder: un oso, un gran oso pardo, y la verdad es que me llevé una sorpresa y me produjo una gran alegría que me hizo sonreír.
La práctica de las tensiones estáticas me resultó más fácil que habitualmente y sobre todo más fácil la formación del doble de luz, lo cual me habría de venir muy bien el lunes en la meditación del cosmos. Me gustó mucho todo lo que pasó en mi grupo, sus experiencias con los ancestros y con el animal de poder, me parecieron muy bonitas, y en cierto momento se generó una corriente, una conexión afectiva con uno de ellos, algo que recuerdo de forma particularmente entrañable. Es curioso cómo a veces suceden esas cosas entre desconocidos. Además, la Magdalena me hizo tres o cuatro regalitos, ya fuera de la práctica en sí; he ido tomando conciencia de ellos con el paso de los días y sumados a todo lo demás me hace sentir una gratitud y también un sentimiento de intimidad con ese lugar muy especial, sentimiento que nunca me hubiera podido imaginar que llegaría a tener el primer día que estuve allí, hace tres años, pues lo mío con la Magdalena no fue un caso de amor a primera vista.
A medida que escribo y rememoro se me ocurre que la cueva, la ermita de Santa Magdalena y su entorno es un lugar con conciencia de sí mismo, conciencia lúcida y sutil.
Matarraña nos ha obsequiado con lluvia y también con un calor intenso, y con la contemplación de una tormenta espectacular desde Santa Bárbara el mismo día de la presentación del curso; sí, son muy bonitas las tormentas, vistas desde lejos. La lluvia nos acompañó desde el Masmut hasta el descenso de la Coveta. Ahora se me ocurre que podríamos haber hecho la meditación del agua, la que haríamos al día siguiente en el Salt, tan seco el pobre, allí mismo, bajo las arcadas de aquella iglesia donde paramos a comer y donde nos tuvimos que refugiar del granizo. Además, allí había una fuente con varios caños cuyo sonido cayendo a un pequeño caz resultaba de lo más evocador y apropiado para dicha meditación.
Precisamente en este curso que estaba enfocado en la conciencia creo que la perdí dos veces, una en la Coveta de l’Aigua y otra en el Salt. En una perdí la noción del tiempo y en el otro sólo sé que un poco antes de acabar el ejercicio me sorprendió el sonido del mantratrón, como si alguien lo hubiera apagado un rato antes y vuelto a encender en ese momento, o como si fuera la primera vez en mi vida que lo oía. Cada chasquido sonaba como una piedra dejada caer a plomo en un estanque y retumbaba en mi cuerpo, entre mi ombligo y mi estómago. Del principio del ejercicio recuerdo el sonido de una chicharra y mis esfuerzos, no por librarme de él sino por tratar de integrarlo, pero era tan exageradamente estridente y acelerado que eclipsaba el resto del mundo; entre medias, no sé dónde anduve.
En el viaje de vuelta a casa me di cuenta de que he estado prácticamente todo el tiempo rodeada de energía yang. No sé qué duende se ha encargado de que eso sea así, ni tengo la menor idea de lo que significa, si es que significa algo. En fin, apenas han pasado cuatro o cinco días, es demasiado pronto, y yo necesito mi tiempo para elaborar y digerir esta experiencia.
Gracias a todos, muchas gracias. Ha sido estupendo reencontrarme con los conocidos y me ha encantado conocer a los que aún no conocía; un recuerdo especial y un abrazo a mi compañera y mis compañeros de casa. Mis últimas palabras se las dedico a Meki: por tu capacidad de discernimiento y por saber las cosas importantes que me pasan incluso antes que yo misma.
Hasta siempre.