Descripción
Los derviches danzantes y el giro
Todas las manifestaciones astronómicas tienen su homólogo en el mundo sutil o espiritual, todo gira, absolutamente todo gira, desde la singularidad que dio origen al universo en expansión hasta su final en una inimaginable contracción, todo gira y girará. Por esa razón los derviches giran.
Esta universalidad de la sinusoide, tanto a escala del microcosmos como del macrocosmos, permite pensar que, a fin de cuentas, se trataría de una anomalía el hecho de no encontrarla en la mente y en la conciencia. A causa de esta misma complejidad, existen diferentes maneras de estimular la función rotatoria del cerebro y es por esa razón que los derviches giran… En todas las culturas, en todas las tradiciones y religiones se ha incentivado el giro para provocar los estados de activación cerebral iniciáticos más elevados. En las iniciaciones budistas, el sacerdote debe girar, ante los ojos del adepto, un puñado de bastones de incienso encendidos.
Los extremos enrojecidos en movimiento provocan diversas variedades de fosfenos, y el candidato a la iniciación percibe estelas luminosas en rotación. Mediante la rotación de los bastones de incienso enrojecidos que produce un fosfeno giratorio, el sacerdote budista despierta esta función rotatoria del cerebro que, a su vez, despertará los centros sutiles del candidato a la iniciación si conserva este movimiento en el pensamiento. Esta iniciación es un primer paso, un principio,
que da lugar a experiencias psíquicas profundas y a la percepción de planos sutiles, cuando la meditación se practica regularmente. No es extraño pues que los derviches giren…
Los lamas tibetanos utilizan molinillos de plegaria, una especie de chicharras sobre las que se pega una plegaria escrita en un papel. Los giran para hacer llegar la plegaria a los dioses. Por lo tanto, su pensamiento se ve arrastrado constantemente por este movimiento de rotación, mientras se balancean de forma rítmica y repiten la letanía o el «mantra». Es pues para arrastrar el pensamiento de Dios por lo que los derviches giran..
Antes de la última Guerra Mundial, en Alemania, existía una radición germánica que consistía en lanzar desde lo alto de una cuesta una gigantesca rueda llena de paja encendida. Esta rueda de fuego podía verse desde muy lejos y producía, no solamente un fosfeno muy grande, sino que además éste estaba imbuido de un potente movimiento que era fácil recrear mentalmente.Los derviches giran..
Algunos pueblos indios de América del Sur realizaban «juegosmísticos», que consistían en atarse a una liana enrollada alrededor de un palo muy alto y tirarse desde la parte superior del palo. Al desenrollarse, la liana arrastraba consigo al que
estaba atado a ella y le imprimía un movimiento de rotación cada vez más amplio y lento. Estos indios decían que así entraban en comunicación con el mundo de los espíritus.Los derviches giran para comunicarse con Dios..
En África, después de un fallecimiento, los brujos realizan una danza compuesta de giros sin moverse del lugar, que les permite contactar con el alma del difunto. Otro caso es el de las sacerdotisas bonzo, que llenan un caldero con agua en el que se refleja el sol; después agitan el agua imprimiéndole un movimiento de rotación, se detienen y observan el agua que continúa su movimiento.
Frecuentemente, realizan estas prácticas para favorecer la adivinación. Como vemos, los ejemplos referentes a la importancia de las rotaciones en los fenómenos místicos y psíquicos son variados y se ríen de las fronteras tanto como de las culturas. Los derviches son excepcionalmente poderosos y perceptivos..
Las partículas subatómicas giran alrededor del núcleo, la tierra gira, la galaxia gira, hemos visto un resumen del giro impregnando todas las culturas y religiones; un acercamiento grosero al fenómeno juzgaría que todo ello es un puro pasatiempo, nuestros niños juegan girando ¿porqué no perpetuar el giro como un juego de obnubilación mental en nuestros ritos? No, no es eso; el inabastable talendo del Dr. Lefebure demostró que la sensación de giro subjetivo después del giro físico nos abre las puertas a fenómenos sutiles extremadamente poderosos, los derviches giran…
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